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Quiénes son “Guacamaya” los hackers que vulneraron la seguridad cibernética de la Sedena | Proceso

El grupo de hacktivitas “Guacamaya”, de supuesto origen centroamericano, se asume como un grupo ambientalista, de ahí que –según el sitio CyberScoop, especializado en ciberseguridad- el grupo basó su nombre en el ave nativa de América Central y del Sur. 

Texto revelado por hacktivitas “Guacamaya”. Foto: Especial

REDACCIÓN PROCESO

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Guacamaya” el grupo de hacktivistas responsable de la filtración de 6 terabytes de información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de la que dio cuenta ayer el portal Latinus se asume contra “el imperialismo norteamericano” empresas mineras y a favor de la vida y la naturaleza. 

Según Latinus, el principal objetivo del grupo “Guacamaya” fue revelar información del ejército de Chile, al que lograron penetrar, lo mismo que a los servidores de internet de los ejércitos de El Salvador, Perú, Colombia y México.

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En el caso de México la filtración incluye correos sobre la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, detalles del «Culiacanazo» como se llamó al fallido operativo que culminó con la liberación de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, así como diferencias entre los titulares de las Secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Marina (Semar). Eso es lo que se conoce hasta ahora. 

El grupo de hacktivitas “Guacamaya”, de supuesto origen centroamericano, se asume como un grupo ambientalista, de ahí que –según el sitio CyberScoop, especializado en ciberseguridad- el grupo basó su nombre en el ave nativa de América Central y del Sur. 

Además, se pronuncia contra siglos de “violencia y dictadura” al territorio de «Abya Yala», como se refiera a América Latina, desde México hasta la Patagonia, y contra las intervenciones militares y grandes empresas mineras y petroleras, entre otras.

Hasta ahora, según CyberScoop los ataques de Guacamayas se había centrado en empresas mineras y petroleras, las policías y varias agencias reguladoras latinoamericanas. 

De la policía dice que “minimiza el riesgo de que los pueblos ejerzan su digno derecho a la protesta, a destrozar el sistema que les oprime”.

Sin embargo, ahora habría alcanzado un nuevo objetivo: las Fuerzas Armadas de varios países latinoamericanos, entre ellos Chile. 
“El ejército es una fábrica de asesinos, violadores y personas paranoides. Ninguna persona que haya pasado por sus filas, vuelve a ser una persona sana a nivel mental” dice en su comunicado.

Guacamaya les atribuye a los militares y policías de América «la garantía de dominación del imperialismo norteamericano». 
Además, afirma que “tanto en los ejércitos armados como en las policías su manera de proceder interna, su propia estructura, está basada en la corrupción”.

En su declaración aseguraron: “Filtramos sistemas militares y policiales de México, Perú, Salvador, Chile, Colombia y entregamos esto a quienes legítimamente hagan lo que puedan con estas informaciones”.

A continuación, el comunicado íntegro en el que explica sus motivaciones: 

NO SOMOS DEFENSORES DE LA VIDA, SOMOS VIDA!

En todo Abya Yala, los Estados-nación o países nacen después de las supuestas «independencias» de la monarquía de España, Inglaterra, Portugal y Francia. Estos nuevos Estados-nación se basaron (y, aun hoy, basan) sus sistemas en el modelo del propio «ex-invasor»: el Norte Global. Los países de Abya Yala son hoy la herencia del colonialismo, se asume el concepto de progreso, civilización y organización de estados del Norte Global.

Por ende, el capitalismo, las fronteras y la producción en serie llegaron a la par que la visión de la tierra y la naturaleza como un enemigo a dominar y exprimir junto con las personas. Es en estas supuestas independencias y en un supuesto camino a la libertad y la democracia, donde se crean los ejércitos armados bajo constituciones políticas. Se entendían los ejércitos como entes que van a garantizar la autonomía y libertad de los países, tal y como se entendía en las ex-metropolis. 

De esa manera, también van apareciendo otras fuerzas armadas que, bajo el pretexto de garantizar el orden interno, la libertad y el bienestar, son acogidas bajo el paraguas de las constituciones y bajo la formación misma de los Estados-nación. Entidades como la policía con sus derivados de civil, militar, local, nacional, de tránsito, etc. empiezan a ejercer el control y el monopolio de la violencia a nivel intra-estatal.  

Esta es una paradoja asimilada desde hace no más de 300 años, tras las independencias que crearon réplicas de las exmetropolis. Con la independencia de los estados, la democracia, los derechos, la justicia social y la paz puestos en las constituciones «fundacionales» como un hecho, se ven eclipsados con la creación de estos entes y aparatos militares armados. Es de suponer que son necesarios porque el país está en continuo riesgo de invasión, porque la población se va a organizar en delincuencia y van a haber grupos que atenten contra el Estado. Se ve que a pesar de todo lo beneficioso que puede ser el modelo del Norte Global, los estados suponen que la personas se organizarán por naturaleza para crear malestar y violencia. Algo absurdo.

Es claro que no es así, los gobiernos de los países de Abya Yala son en su gran mayoría de familias «criollas». Nacidos en Abya Yala, pero de familias del norte con una herencia venida del despojo de gente nativa. No les interesó la población, ni mantener un respeto sano hacia la Madre Tierra.

Son gobiernos funcionales a los intereses del capitalismo basado en el extractivismo. Por ello, necesitan de una fuerza de choque. Necesitan de fuerzas armadas que garanticen el apaciguamiento de cualquier vestigio de descontento. La creación de los ejércitos como entes institucionales, como fuerza armada organizada y profesional, es la garantía de los estados para mantener presos a sus habitantes. La policía minimiza el riesgo de que los pueblos ejerzan su digno derecho a la protesta, a destrozar el sistema que les oprime.

El ejército minimiza las tensiones sociales y la guerra, ya sea dentro del estado o entre estados-nación, no es más que una válvula de escape para que las tensiones se disgreguen de una manera más palpable. Ante un aviso de guerra, el Estado llama a la unión, llama a alistarse al ejército o hace obligatorio el alistamiento.

En varios países de Abya Yala, existe «el servicio militar obligatorio». Los niños que se acercan a la mayoría de edad son obligados a ser parte de los ejércitos. Allí son víctimas de tortura y de tratos vejatorios en pro de crear «hombres» defensores de la patria. El ejército es una fábrica de asesinos, violadores y personas paranoides. Ninguna persona que haya pasado por sus filas, vuelve a ser una persona sana a nivel mental. Es sabido del uso de drogas (speed, LSD, anabolizantes, etc.) en bebidas y comida para los jóvenes soldados.

Tanto en los ejércitos armados como en las policías su manera de proceder interna, su propia estructura, está basada en la corrupción. Los horrores dentro de su organización piramidal de poder se sustentan en tener sometidos a los nuevos súbditos con cualquier clase de vejación y procesos psicológicos que los convierte en seres insensibles, apáticos, personas violentas y peligrosas.

Este es un sistema piramidal clasista y racista, pues los policías y soldados rasos provienen de familias pobres que son los que van por calles o selvas, mientras los «mandos medios» (capitanes y generales) son los que dirigen y provienen de clases burguesas.
A lo largo del territorio Abya Yalence (desde México hasta la Patagonia) abiertamente y bajo la mirada mundial, con apoyo del imperio norteamericano o intervenciones directas del ejercito estadounidense, se han sufrido «golpes de estado», que han garantizado largas dictaduras militares, así como han sido útiles para imponer «laboratorios experimentales» de choque sociológicos para dominar, minimizar y doblegar  a los pueblos.

Estados Unidos entrenó a cerca de 125.000 militares en Abya Yala entre 1950 y 1998. Bajo la Doctrina de Seguridad Nacional, los estadounidenses también lanzaron la Operación Cóndor, uno de los planes diseñados desde Washington para acabar con la oposición de los regímenes que le eran afines, imponiendo una veintena de dictaduras militares. Dictaduras que han impuesto el terror con miles de jóvenes-niñes desaparecidos, tortura, genocidios, exterminios de colectivos en zonas rurales y urbanas, violaciones masivas y una larga lista de horrores.

Además, dictaduras no abiertamente públicas se han instalado desde tiempos de las independencia y ha sido apoyadas por Estados Unidos y países del norte. Así, una gran parte de los territorios abya yalences, el poder militar está detrás de los supuestos gobiernos civiles y democráticos y desde ahí surge este nuevo modelo de gobierno en algunas regiones de «estados narco-paramilitares», donde lo estatal-militar se combina con paramilitares (ejércitos ilegales) dándoles libre actuación o siendo indistinguibles.

Por otra parte, a día de hoy, los ejércitos de Abya Yala han garantizado y facilitado la entrada de empresas extractivistas provenientes del Norte Global. Son permisivos con estas, son los guardaespaldas de dichas empresas. El ejército armado es el que ejerce el trabajo sucio de los estados, de las empresas, de la delincuencia organizada como el narcotráfico. A la vez que son obedientes y entrenados directamente por el imperio norteamericano que también tiene físicamente sus bases en territorio de Abya Yala.

En cuanto a la policía con sus derivados, está al servicio de los gobiernos corruptos. Forma parte de este entramado igual que el ejército. La entidades policiales de Abya Yala, al igual que el ejército, son entes armados que garantizan la opresión, la injusticia, el terror que, contra los pueblos, garantiza el despojo de la tierra a campesinos, indígenas y afrodescendientes. Garantizan el extractivismo. Garantizan sistemas neoliberales y capitalistas.

Para que quede claro, los ejércitos militares y las fuerzas policiales de los Estados de Abya Yala, son la garantía de dominio del imperialismo norteamericano, son garantía de la presencia extractivista del Norte Global. Son  fuerzas represoras violentas, criminales en contra de los propios pueblos y sus organigramas piramidales internos de poder también son repudiables.

Aunque no es tema concreto razón de este comunicado, decir que con las policías y los ejércitos se mantiene «la ideología» occidental de infantilizar al pueblo, ejerciendo como «padres» (hombres claro esta) castigadores de la «mala conducta». que han ejercido el monopolio de la violencia y de como en los ejércitos de «independencias» se obligo y se uso a indígenas y negros como carne de cañón.

Todo esto es una verdad latente y visible pero no hablada, salvo algunas regiones donde el pueblo esta exigiendo un desmonte de fuerzas militares. Siglos de violencia y dictadura, siglos de que el futuro y la vida estén en las manos de genocidas psicópatas. Es por esto que Guacamaya nos filtramos en sus sistemas y hacemos pública la propia documentación de estos entes del terror, donde queda demostrado lo anteriormente expuesto.

Entregamos esto a los pueblos de Abya Yala para remover la digna rabia, para que las que no hayan visto, vean; para pensar y repensarnos en resistencias, para repensarnos la liberación de los pueblos y de la Madre Tierra. 

Filtramos sistemas militares y policiales de México, Perú, Salvador, Chile, Colombia y entregamos esto a quienes legítimamente hagan lo que puedan con estas informaciones.

Guacamaya invita a los pueblos de Abya Yala a que hackeen y filtren estos sistemas de represión, domino y esclavización que nos domina, y que sean los pueblos los que decidan buscar la manera de liberarnos del terrorismo de los estados.

Fuente: https://www.proceso.com.mx/nacional/2022/9/30/quienes-son-guacamaya-los-hackers-que-vulneraron-la-seguridad-cibernetica-de-la-sedena-294309.html

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