Académico del CIDE, consultor político y personaje central durante las elecciones cerradas de 2006. El entonces consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, considera que “los alegatos” de supuesto fraude asegurados hace 15 años por el lopezobradorismo son semejantes a los señalamientos del trumpismo sobre las recientes elecciones de Estados Unidos.
DULCE OLVERA / SIN EMBARGO
Ciudad de México, 24 de enero (SinEmbargo).– A las 11:17 de la lluviosa noche del 2 de julio de 2006, 17 minutos después del mensaje del Instituto Federal Electoral (IFE) en que se declaró empate técnico, el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador dijo desde el hotel Marquis en la Ciudad de México que su encuestadora Covarrubias le había informado que iban “500 mil votos arriba”, dato que reiteró en su mitin en el Zócalo a medianoche. Pero la dueña de la encuestadora, Ana Cristina Covarrubias, aclaró cuatro meses después en un seminario que le dijo que iban un punto porcentual abajo (alrededor de 400 mil votos), según compartió Luis Carlos Ugalde, el presidente del árbitro electoral (2003- 2007) en aquellas cuestionadas elecciones.
–Felipe Calderón quiere hablar contigo– le dijo su secretario particular Alejandro Ríos Camarena aquel domingo. Eran entre las 9 y las 10 de la noche. Ugalde hizo una exclamación silenciosa con los brazos, en tono de rechazo.
—El doctor Ugalde no está tomando llamadas de ningún candidato —contestó Ríos Camarena. Del otro lado de la línea insistían en que Calderón quería hablar con el presidente del IFE. Lo lamento —dijo Ríos Camarena—, es una decisión tomada hace días y no hablará con ningún candidato.
Luis Carlos Ugalde supervisando la producción de casillas. Foto: página de Luis Carlos Ugalde
Las casillas habían cerrado desde las ocho de la noche. Ugalde ya había votado en una en la colonia Polanco. Desde la mañana, los de la Coalición “Por el Bien de Todos” ya se declaraban ganadores. Hacia las 11:40 de la noche, el ahora académico y director de la consultoría política Integralia habló con el Presidente Vicente Fox Quesada (2000-2006), luego de que en cadena nacional, preocupado por dentro y tranquilo por fuera, había declarado que había un empate y que habría que esperar hasta el miércoles 5 de julio para el conteo de cómputos distritales y saber los resultados oficiales. Para el presidente del IFE, Fox se había invalidado por sus intervenciones en la campaña (de ahí el famoso “cállate, chachalaca”) y su mensaje en cadena nacional inmediatamente del suyo.
—Señor Presidente, la encuesta más seria del país es la que hizo el IFE, no hay otra con tanta precisión. No haber dado a conocer a un ganador es resultado de una recomendación del Comité de Científicos del Conteo Rápido, no mía.
El margen era solo de 243 mil votos luego de una reconocida guerra sucia y ambiente polarizado que dio pie a reformas a la Ley electoral que prohiben spots pagados. “Estaba furioso”, evocó Ugalde. El expresidente panista le recriminó que “era una lástima” que no hubiera declarado ganador al abanderado blanquiazul, a quien finalmente se le atribuyeron más votos con una diferencia de 0.54 por ciento frente a López Obrador, quien llamó a un plantón en la Avenida Reforma.
El Presidente Vicente Fox escuchando un mensaje del Consejero presidente del IFE Luis Carlos Ugalde el 2 de julio de 2006. Foto: Cuartoscuro.
Cuando Ugalde estaba bajando de la camioneta para ingresar en la sala de sesiones del Consejo General, tras colgar abruptamente con Fox, su secretario particular recibió en su teléfono una llamada. Era la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo.
—Habla Elba Esther Gordillo. Comuníqueme con Luis Carlos Ugalde —le dijo.
—El doctor Ugalde no puede tomar la llamada, está a punto de entrar en la sesión del Consejo General.
—¡Cómo que no puede tomar la llamada! Usted no sabe quién soy.
Ugalde, en sustitución de la aplaudida gestión de José Woldenberg, llegó en 2003 a la presidencia del IFE por decisión y voto de los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano), cuando Elba Esther Gordillo lideraba a los diputados del tricolor. Él reconoce que fue un proceso “discrecional” y que luego la maestra, a quien conoció en casa de la exconsejera del IFAI, María Elena Pérez-Jaén, se arrepintió de haberlo impulsado. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) se abstuvo en esa designación porque el gallo del coordinador de la bancada, Pablo Gómez, era Jesús Cantú Escalante, exconsejero electoral de 1996 a 2003, opción rechazada por los legisladores priistas y panistas.
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Aquella noche de tensión y nerviosismo, la dejó esperando en el teléfono. Volvió a llamarle, pero volvió a rechazarla.
—Le faltaron huevos a Ugalde –habría dicho Elba Esther, según le contaron después al exconsejero.
Ugalde llegó a la sesión del Consejo y a las 11 horas en punto informó en cadena nacional que había un empate. Tres años después de la destitución de Ugalde del IFE en el 2007 por parte del Poder Legislativo, el Tribunal Electoral (TEPJF) decidió destruir las boletas, aunque las actas son públicas, y se reformó la Ley Electoral para evitar que se repitiera la guerra sucia como la del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que emitió spots contra el candidato del Sol Azteca, los cuales fueron retirados posteriormente a sus transmisiones en medios de comunicación, particularmente en Televisa y TV Azteca.
Toma de protesta del Presidente Felipe Calderón en diciembre de 2006. Foto: Cuartoscuro.
Guadalupe Acosta Naranjo, el entonces Secretario general del partido que abanderó a López Obrador, recordó aquella campaña de “Andrés Manuel es un peligro para México”. En aquel momento, contextualizó, no estaba el sistema actual de utilizar los tiempos del Estado para transmitir los spots ni estaba prohibido pagar por tiempos en la radio y televisión, pero al Consejero presidente le faltó voluntad y “ser más más estricto” para garantizar equidad en el proceso electoral.
“Luis Carlos dice que no tenía la facultad legal, pero tenía base constitucional para actuar a favor de la contienda y sobre todo voluntad, porque el árbitro saca tarjetas. No participa a favor de uno ni de otro, pero pone orden y no permite que se violen las reglas. El Consejo general que presidió Woldenberg (1996-2003) no tenía la capacidad de fiscalización que hoy se tiene, pero fiscalizó lo de Amigos de Fox y el Pemexgate. No tenían las herramientas legales, pero tomaron decisiones, tuvieron voluntad de ir un poco más allá para meter orden en la campaña del 2000”, dijo Acosta Naranjo.
“Pudo haber hecho mucho más el Consejo general del INE en sacarles tarjetas amarillas y hasta rojas tanto al Presidente Vicente Fox como a los empresarios y televisoras. Fox decía que no se valía cambiar de caballo a mitad del río para decir que debería seguirse el apoyo al PAN porque solo llevaban un sexenio”, expuso.
“EL MITO” DEL FRAUDE
Carlos Ugalde, economista por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), dice no ser aliado de nadie ni ser representante de ningún partido político, pero en un documento de proyectos a futuro –publicado por la revista Proceso en 2007– planteó en una lista de “aliados” para publicidad política a personajes de medios de comunicación como Bernardo Gómez (Televisa), Leo Zuckermann, Carlos Elizondo, Jorge Castañeda, Héctor Aguilar Camín (algunos también amigos del CIDE) e incluso, para un proyecto de un centro de estudios, a los empresarios Claudio X. González y Alberto Baillères, todos ellos actuales críticos del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Otro de sus proyectos fue el libro Así lo Viví (Grijalbo, 2008). Lo terminó de escribir en septiembre de 2008 en Boston, Estados Unidos, adonde se fue a vivir y dar clases en la Universidad de Harvard tras su salida del IFE. Antes ya había laborado en la embajada de México en aquel país en tiempos del Embajador Jesús Reyes Heroles González-Garza (1997-2000), priista extitular de Petróleos Mexicanos (2006-2009), otro de sus “aliados”.
El director de Integralia Luis Carlos Ugalde con investigadores de Mexicanos Contra la Corrupción, organización de Claudio X. González. Foto: página de Luis Carlos Ugalde.
El también politólogo por la Universidad de Columbia atribuye la percepción de fraude de aquellas elecciones de 2006 a la manera en como esa noche reaccionaron los candidatos presidenciales, sus equipos de campaña y el mismo Presidente Vicente Fox. Incluso se habló de “algoritmos” en el IFE, idea que se repitió en los señalamientos del Presidente Donald Trump y sus seguidores para alegar fraude en las elecciones estadounidenses de noviembre en que resultó ganador por una diferencia notable el demócrata Joe Biden, quien el miércoles tomó la estafeta. Ese detalle llevó a Ugalde a tuitear el miércoles 6 de enero que había semejanza entre los alegatos de ambas elecciones sobre un posible fraude electoral.
Alrededor de las tres de la tarde del 2 de julio de hace dos décadas, en la sala de prensa del IFE el analista y conductor Leo Zuckermann le comentó a Ugalde que, de acuerdo con las pláticas con varios encuestadores, la elección estaba muy cerrada. A esas horas, aún se sentía tranquilo. Pero a las ocho de la noche los medios informaban que no había un ganador claro. Seis años antes, el 2 de julio de 2000, a esa misma hora la prensa ya había anunciado que Fox había triunfado por un margen de más de 6 puntos.
La única encuestadora que daba por ganador a López Obrador era la suya, la de Covarrubias. Jesús Ortega, coordinador de la campaña, anunció en el hotel Marquis Reforma que la mayoría de las encuestas de salida le daba ventaja al candidato de la coalición “Por el Bien de Todos”. El presidente del PAN, Manuel Espino, hizo lo propio.
“Todos sospechaban de todos esa noche. El IFE se estaba convirtiendo también en sujeto de sospecha, aun antes de haber anunciado un solo resultado”, escribió Ugalde en el libro Así lo Viví.
Casi a medianoche los dos candidatos se autoproclamaron ganadores. Más de diez años después de aquel proceso electoral, ahora con Andrés Manuel López Obrador como Presidente y a colaboradores cercanos a Felipe Calderón señalados de nexos con el narcotráfico, Ugalde considera que es un “mito” el fraude de 2006.
“Quizá para el PRD y López Obrador la única demostración de que la elección hubiera sido limpia era que el IFE lo hubiera declarado ganador. Si él ganaba, no había fraude. Si otro ganaba, había fraude”, concluye en su libro.
Fuente: https://www.sinembargo.mx/24-01-2021/3924404