Es difícil predecir si la arriesgada apuesta del piloto español por la marca británica dará resultados, pero es innegable que no se está escatimando nada para triunfar
PABLO DE VILLOTA / EL CONFIDENCIAL
«He observado cómo el equipo ha atraído sistemáticamente a grandes personas con pedigrí ganador, y me he dado cuenta del enorme compromiso con las nuevas instalaciones y recursos en Silverstone. Nadie en la Fórmula 1 actual está demostrando una mayor visión y un compromiso absoluto con la victoria. Eso hace que sea una oportunidad realmente emocionante para mí». Así rezaban las palabras del comunicado oficial donde el asturiano anunciaba su fichaje por Aston Martin.
Esta ambición, de momento, está bastante lejos de alcanzarse, pero los cimientos están ahí para que los resultados lleguen. La receta infalible para triunfar en Fórmula 1 es la misma desde que comenzó la existencia de la especialidad allá por 1950. No es otra cosa que contar con los mejores medios humanos, medios materiales, buenos pilotos y un líder al frente de la nave con criterio y poder de decisión. Toyota fue el ejemplo más paradigmático de tener un personal y unas instalaciones de primera línea, pero nunca llegó a contar con un piloto ‘top’. Tampoco el estilo de gestión ‘kaizen’ del constructor nipón era el adecuado para la Fórmula 1.
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BMW podría ser otro ejemplo paradigmático de fracaso donde no faltaba absolutamente de nada para triunfar. Ni siquiera un grandísimo piloto como era Robert Kubica cuando pilotaba para ellos, pero la soberbia del Dr. Mario Theissen se dio de bruces con una realidad que castiga a aquellos que creen saberlo todo. En realidad, desconocen los pequeños detalles, siempre los más importantes. En el caso que nos ocupa, Aston Martin cuenta con Martin Whitmarsh al frente, alguien que conoce perfectamente los resortes necesarios para crear un equipo ganador. Con mucho dinero para invertir, el fichaje de Fernando Alonso y unos medios materiales y humanos al nivel de los más grandes, las piezas podrían encajar.
El bicampeón mundial puede beneficiarse de una situación que, por desgracia, a menudo le ha afectado a él. Sin embargo, en esta ocasión podría haber sido Sebastian Vettel el sufridor del periodo ingrato de construcción y Alonso el que recoja los frutos. Desde que Lawrence Stroll tomó las riendas del equipo en diciembre de 2020, mucho han cambiado en el equipo nacido como Jordan. Esta escudería, que en su última encarnación tenía el poco sugerente nombre de Racing Point, era tradicionalmente la más eficiente de la Fórmula 1, la más capaz de obtener buenos resultados con menos presupuesto. No obstante, esta virtud, era también principal limitación, porque un tema es lograr buenos resultados ocasionales y otra bien distinta luchar por victorias y títulos de forma recurrente.
Comportarse como un equipo grande
Para lograr campeonatos mundiales, Ron Dennis, precisamente el maestro de Martin Whitmarsh, afirmó que solo podría lograrse mediante una asociación con un gran constructor de automóviles. O como equipo directo de una marca automovilística. Esa fue la razón que impulsó a Dennis a asociarse con Honda y renunciar a un buen motor cliente como era el Mercedes, en esos momentos el mejor con diferencia de la parrilla. Dennis no quería aspirar a buenos resultados, sino a ser campeones del mundo.
La aventura salió mal porque McLaren no era en ese momento tan bueno como imaginaban. Tampoco Honda estuvo a la altura del gigantesco reto y solo después de cinco años catastróficos, vieron la luz cuando se asociaron a Red Bull. Sin embargo, Whitmarsh tenía claro que el fallo no era de filosofía, sino de un ‘timing’ que tanto para equipo como para motorista distaba de ser el ideal. Su reto es intentar que ahora encajen todas las piezas. Que Aston Martin actúe de verdad con mentalidad de equipo grande y que la máquina empiece a funcionar.
Hace dos semanas se anunciaba que PIF (Public Investment Fund), el brazo inversor de la familia real saudí, va a aportar 625 millones de euros en Aston Martin, convirtiéndose en el segundo accionista de la compañía detrás de Yew Tree Investment. Crucialmente, el dinero sale del mismo sitio que Aramco, la compañía petrolífera saudí que patrocina el equipo de Fórmula 1. Parece claro que el príncipe Bin Salman no va a escatimar recursos para lograr que esta inversión estratégica para su país dé sus frutos. De entrada, nada más conocerse el fichaje de Fernando Alonso, las acciones subieron casi un 4%.
La entrada masiva de capital saudí, como el propio Lawrence Stroll reconoció, cambia totalmente la película, pues ya no se trata de un esfuerzo aislado personal y del consorcio de inversores que lidera, sino de la entrada de un gran capital. Tanto para la compañía automovilística como para el equipo de Fórmula 1, ya que como herramienta de ‘marketing’, la asociación entre ambas entidades es crucial. A nivel tecnológico, les permitirá actuar como los equipos grandes para sortear los límites presupuestarios. Está muy controlado lo que un equipo se puede gastar a lo largo de la temporada, pero son mucho más difíciles de controlar la investigación y el desarrollo de los grupos automovilísticos. Aunque el resultado de sus trabajos llegue al equipo de carreras en la contabilidad, aparece como departamento de innovación de la matriz.
Talonario generoso para fichar lo mejor
Fernando Alonso ha anunciado su llegada al equipo cuando su nueva fábrica está a punto de ser inaugurada y cuando todos los fichajes estrella, en su mayoría ‘robados’ a Red Bull hace un año, van a empezar a dar los frutos de su trabajo. No es descartable, incluso, que algún técnico clave de Alpine, disgustado por la marcha del asturiano, siga sus pasos hacia Aston Martin. Fernando incluso se va a encontrar caras conocidas de su etapa en Ferrari, algunas de grato recuerdo, como el caso de Amedeo Felisa, que ahora es el CEO de la división automovilística. O Renato Bisignani, al frente de la división de ‘marketing’ y marca. También se reencontrará con otros viejos conocidos de recuerdo más dudoso, como Marco Mattiaci, que ahora ostenta el rol de director comercial de la venta de los coches de calle.
Para dar idea de la dimensión de la apuesta de Lawrence Stroll Sr. para convertir su equipo en un ganador en Fórmula 1 en dos años, el personal va a pasar de 400 a 800 personas, con varios fichajes estrella como Dan Fallows y Andrew Alessi del departamento de aerodinámica de Red Bull. O el muy valorado Luca Furbatto, de Sauber-Alfa Romeo, como jefe de operaciones. Todos los departamentos se han reforzado de forma espectacular, fichando personal con unas cifras que han dejado sorprendidos a los equipos más poderosos, preguntándose cómo narices van a poderlo compatibilizar con los límites presupuestarios.
Pues con los mismos subterfugios de los equipos poderosos para cumplir con los límites, externalizando trabajos pagados por otra empresa filial. No es descartable que Aston Martin, a pesar de tener a Mercedes-Benz como accionista y socio tecnológico, construya su propio motor en la futura reglamentación. Está claro que, con su nivel de inversión descomunal, van a por todas y el fichaje a largo plazo de Fernando Alonso no hace sino confirmarlo. Ojalá salga bien la apuesta.
Fuente: https://www.elconfidencial.com/deportes/formula-1/2022-08-02/aston-martin-fichaje-fernando-alonso-alpine_3469966/