LUIS FERNANDO ROMO / LOC / EL MUNDO
«¿Para qué salir por hamburguesas si tengo un solomillo en casa?», solía repetir Paul Newman, fallecido en 2008 a los 83 años, cada vez que le preguntaban cuál era el secreto de su matrimonio estable con Joanne Woodward (92). En la actualidad, la protagonista de Raquel, Raquel (1968) permanece alejada del escrutinio público por decisión familiar ya que desde hace unos años está lidiando con el alzhéimer y la demencia. La última imagen pública data de 2016.
El matrimonio Newman celebró sus bodas de plata meses antes de la muerte del actor en 2008 a los 83 años. La pareja era perfecta. Pocos habían durado tanto, aunque se dijo que Paul tuvo como amantes a la periodista Nancy Bacon durante el rodaje de Dos hombres y un destino (1969), por lo que no tardaron en surgir bromas del tipo «no saldrá a por hamburguesas, pero no se resiste al bacon» y posteriormente con la actriz Sylvia Koscina.
Paradójicamente, Woodward había sido previamente la amante, ya que cuando se conocieron en el despacho de su agente, él ya estaba casado con otra actriz, Jackie Witte, con quien tenía tres hijos, Scott (se suicidó a los 28 años), Susan y Stephanie. Al principio la intérprete pensó que el joven era tan solo un físico bonito, soso y carente de inteligencia. Trabajaron por primera vez en 1953 en el debut de Newman en Broadway con la obra Picnic, mientras que Woodward era una actriz suplente. Durante cinco años mantuvieron una relación que se hizo más estable durante el rodaje de El largo y cálido verano (1958).
Joanne se quedó embarazada, Jackie no aguantó más y Paul alcanzó la libertad. Se casaron en Las Vegas en enero de 1958 y dos meses después ella ganaría el Oscar por Las tres caras de Eva. Su marido no lo obtuvo hasta 1986 por El color del dinero. Decidieron formar una familia alejados de aquella Sodoma y Gomorra llamada Hollywood instalándose en una histórica finca de algo más de cuatro hectáreas en Westport (Connecticut) que contaba con cinco edificaciones. La casa principal, de estilo colonial, tenía una superficie de unos 650 metros cuadrados. Allí crecieron las tres hijas de la pareja, Elinor, Melissa y Claire.
Joan Woodward no tuvo la larga carrera cinematográfica que hubiera deseado porque eligió cuidar de sus hijas, pero no porque Paul fuera machista. En Westport era feliz y allí sigue residiendo ajena a lo que se cuece en el mundo del espectáculo. Ya no recuerda quién fue su marido, de tanto en tanto comenta que estaba casada con alguien muy guapo y ni tan siquiera es consciente de que fue la primera intérprete con una estrella cuando se inauguró el Paseo de la Fama en 1958.
Con cuatro candidaturas al Oscar (ganó uno), tres Globos de Oro, tres Emmys, un Bafta y un galardón del Sindicato de Actores, entre otros, Woodward tiró por tierra aquellas primeras palabras del jefazo de la Fox, Daryl F. Zanuck, cuando nada más verla comentó: «Sin tetas, sin talento, sin imagen y sin culo». Ethan Hawke acaba de dirigir un documental de seis episodios sobre la sólida historia de amor de Paul y Joanne que se estrenará en breve. ¿Su título? The Last Movie Stars. Se presentó en el Festival de Cine de Cannes hace unos días.
Fuente: https://www.elmundo.es/loc/celebrities/2022/05/27/628f34b2e4d4d8807b8b4577.html