Antes de la Revolución de 1949, China tejió «una larga historia de homosexualidad dinástica» a través del amor cortés entre gobernantes y sus súbditos del mismo sexo
C. MACÍAS / EL CONFIDENCIAL
El 24 de mayo de 2019, Taiwán se convirtió en el primer país de Asia en legalizar el matrimonio entre personas del mismo género, después de varios intentos previos. Desde 1945, dicha isla y otras han estado bajo el régimen político de la República de China. Desde entonces, una compleja situación jurídica y diplomática sostiene este lugar que, aunque en la práctica es un estado independiente parcialmente reconocido, a veces se sigue relacionando con territorio continental. No obstante, aquella legalización dejó claro que no tienen nada que ver: En lugares como este último, que dos personas del mismo género se casen sigue siendo imposible ante la ley. Hasta 1997, la actividad sexual entre homosexuales era considerada ilegal en China, hasta que fue despenalizada; y hasta 2001, la homosexualidad era clasificada como enfermedad mental por la Asociación de Psiquiatría del país.
Las estadísticas estiman que debe haber aproximadamente 30 millones de homosexuales en sus diferentes regiones. Otras sexualidades, sin embargo, apenas son escaneadas por los estudios sociales. Poco se sabe hoy acerca de personas, por ejemplo, bisexuales, pese a que siglos atrás esta realidad silenciada fue mucho más que la norma. Durante la dinastía Han occidental, que lideró todos estos territorios entre el 206 a. C. hasta el 220 d. C., la mayoría de los emperadores tuvieron tanto esposas como compañeros masculinos.
El 72% de las personas LGBT+ vuelve al armario cada día en su trabajoF. S. B.
El antropólogo y médico Vincent E. Gil señala en ‘The Journal of Sex Research’ que China tiene «una larga historia de homosexualidad dinástica» antes de la Revolución de 1949, con “el amor cortés entre gobernantes y súbditos del mismo sexo elevado a nobles virtudes”. Como apunta, la literatura de ese período que ha llegado hasta nuestros días «indica que la homosexualidad fue aceptada por las cortes reales y su costumbre se extendió entre la nobleza».
Expresiones LGTBI con historia
Si bien se había entendido la dinastía Han como la primera en que la bisexualidad se entiende parte normal en ciertos sectores de la población china, hay evidencia de amor entre personas del mismo sexo, de hecho, incluso en la dinastía previa, conocida como dinastía Zhou (1046-256 a. C.). Así lo explica la filóloga Paula Cazalla Cimadom: «Llegados a este punto, aparecen nuevas formas de entender la sexualidad china, en especial en la corte, ya que se sabe que el primer emperador de la dinastía, Liu Bang, era bisexual. Mantenía relaciones sexuales con las mujeres de la corte, pero también lo hacía con hombres jóvenes que eran de su agrado».
Según Cazalla, el último emperador de esta dinastía, Ai Ti fue otro de los emperadores que tuvieron muchos amantes hombres. «Una de las noches que durmió con uno de ellos, al levantarse y para no despertarle, decidió cortar la manga de su camisa que estaba bajo su cuerpo. Así, se adoptó la expresión ‘pasión de la manga cortada’ (en chino ‘斷袖之癖’ pronunciado ‘Duàn xiù zhī pǐ’) como eufemismo para designar la homosexualidad entre dos hombres».
De la época existe otro relato que constata la libertad bisexual con la que vivían los hombres. Han Fei escribió entonces sobre Mizi Xia, un hombre que buscó el amor del duque Ling de Wei, que vivió entre el 534 a. C. y el 493 a. C. Como se cita en ‘Passions of the Cut Sleeve’:
Otro día, Mizi Xia estaba paseando con el gobernante en un huerto y, al morder un melocotón y encontrarlo dulce, dejó de comer y le dio la mitad restante al gobernante para que la disfrutara. «¡Qué sincero es tu amor por mí!», exclamó el gobernante. «¡Olvidaste tu propio apetito y solo piensas en darme cosas buenas para comer!». Si bien el duque más tarde se volvió contra Mizi Xia, esta viñeta llevó a que tanto «el melocotón mordido» como «Mizi Xia» se convirtieran en eslóganes que se referían al amor gay en chino.
Los sirvientes favoritos
Efectivamente, la idea del melocotón como fruta simbólica para el amor entre dos hombres no surge de la novela ‘Call me by your name’. ¿Quién sabe si su autor, André Aciman, tuvo como referencia esta historia de la China antigua?
Sarah Prager recoge en ‘Jstor’ las palabras del historiador Bret Hinsch, quien afirma que los diez emperadores que gobernaron durante los dos primeros siglos de la dinastía Han fueron «abiertamente bisexuales«. Cada uno tenía un «favorito masculino» que figura en los Registros del Gran Historiador (el «Shiji») y el Libro de Han (el «Hanshu»).
Estos «favoritos» solían ser, en principio, sirvientes y lacayos del emperador, o lo que es lo mismo: hombres jóvenes provenientes de familias de campesinos que llegaban a la corte con pocos recursos y, por tanto, con ninguna otra opción que la de servir. De hecho, al tiempo que la bisexualidad se normalizaba en los círculos de poder, la brecha entre ricos y pobres se agravaba, como apunta Cazalla, «haciendo que las mujeres que quedaban desocupadas y con un futuro incierto acabasen por trabajar en prostíbulos, siendo esta la primera aparición de la prostitución al estilo que se conoce hoy en día».
Las mujeres, en los márgenes no escritos
La historia de las mujeres, precisamente, rara vez aparece narrada en los escritos históricos en relación con su sexualidad como algo particular y propio. Las pocas narrativas registradas, en cualquier caso, incluyen solo nociones de la vida de algunas mujeres de las clases privilegiadas. Sin embargo, Hinsch menciona en ‘Passions of the Cut Sleeve’ que Ying Shao (que vivió aproximadamente entre el 140 y el 206 d.C.) escribió: «Cuando las mujeres de palacio se unen como marido y mujer, se llama ‘dui shi’, y que ‘dui shi’ se traduce como ‘comer en pareja'». Es una de las únicas referencias que tenemos al sexo o al amor entre mujeres en la antigua China, afirma Prager.
Los visitantes occidentales a China a lo largo de los siglos se sorprendieron (y horrorizaron) por lo que el fraile portugués Gaspar da Cruz llamó «una abominación sucia a la que son tan dados» en su Tratado de China en 1569. Otro viajero portugués del siglo XVI a China, Galeote Pereira, informó en Ciertos Informes de la Provincia de China que «la mayor falta que encontramos es la sodomía, un vicio muy común».
El estudioso de la política china James D. Seymour sostiene que el pensamiento de odio hacia las personas homosexuales no pareció aparecer en China hasta la dinastía Song (fundada en 960):
Durante la dinastía Song hubo un redescubrimiento popular de un texto budista indio del siglo VI que condenaba la homosexualidad. Más tarde hubo códigos legales draconianos impuestos en China por los mongoles y los manchúes, que convirtieron la homosexualidad y ciertas otras formas de sexo extramatrimonial en delitos graves.
La llegada de los occidentales
Otras investigaciones apuntan que las relaciones homosexuales no fueron reprimidas en el país hasta el siglo XIX, tras la llegada de los occidentales, prueba de ello es la abundante literatura que ensalza el amor entre hombres o mujeres publicada entonces, o la gran producción gráfica que se estuvo realizando durante siglos.
Aunque se desconoce el momento exacto en que el amor libre fue reprimido, lo cierto es que mientras que «durante siglos, mientras cristianismo europeo promovía la homofobia (junto con el sexismo y el racismo), gran parte del resto del mundo celebraba una diversidad de formas de amar, presentar el género y tener sexo». Era, por supuesto, la época precolonial.
Así, la bisexualidad no solo era una norma en China, sino en gran parte de Asia, llegando hasta los confines de Europa. Conquistadores como Alejandro Magno y emperadores romanos como Nerón, se encuentran entre otros ejemplos antiguos de gobernantes que tenían relaciones íntimas tanto con hombres como con mujeres.
En 2018, se condenó a 10 años de prisión a una escritora de ficción homoerótica en China Continental, publicaba ‘Wang’. Ese mismo año, en Indonesia, se torturó a latigazos a una pareja de hombres acusados de ser homosexuales, según informó ‘El Periódico’. En 2019, se aprobó en Brunei la pena de muerte por lapidación a condenados por relaciones homosexuales, recogía ‘BBC News Mundo’.
Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2022-04-20/bisexualidad-antigua-china-realidad-normal-corte_3410148/