Su producción empieza a coger fuerza como alternativa debido a la falta de materia prima por el auge de conflictos bélicos o el impacto medioambiental de la industria alimentaria
ÁLVARO SIERRA / EL CONFIDENCIAL
La comunidad aragonesa ya es una referencia nacional en la producción agroalimentaria. Especialmente en el sector cárnico. Sin embargo, Aragón ya tiene su vista puesta en el futuro alimentario con la creación de granjas de insectos. Esta idea está comenzando a hacerse realidad por decisión del gobierno aragonés y así lo atestiguan distintos organismos internacionales, como la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura) o la propia Comisión Europea. Cuando los recursos son cada vez más limitados, será preciso desarrollar alternativas alimentarias. Y es ahí donde los insectos pasan a ser la mejor fuente de proteína complementaria.
En términos globales, la población mundial no deja de crecer y en 2050 habrá 2.000 millones de personas más que en 2022. Es un crecimiento de más del 20% de la población mundial en menos de 30 años. De 7.800 millones a 9.700 millones de personas. Debido a este crecimiento insostenible, en cuanto a la producción alimentaria para abastecer a dos mil millones de habitantes más, las alternativas deben plantearse desde ya. De esta manera, en Aragón, a través de la empresa Insectopía 2050, se está trabajando en la cría del gusano de la harina (‘Tenebrio Molitor’) para alimentar tanto a humanos como a animales.
No es una decisión descabellada ni alejada de las necesidades de la humanidad en tan solo 20 años. De hecho, la ingesta de insectos es habitual en otras culturas o países donde millones de personas la tienen incluida en su dieta diaria. Los insectos son ricos en proteína, en minerales, en ácidos grasos y tienen una buena dosis de aminoácidos. Y se suma que su producción tiene un impacto medioambiental más bajo que otra producción alimentaria.
Los insectos, el alimento del futuro
La Unión Europea ya está dando luz verde a la comercialización o producción de distintos insectos. Entre ellos, el último en ser aceptado como alimento por la Comisión Europea es el grillo doméstico (‘Acheta domesticus’) y así tener la autorización para su consumo en el mercado comunitario. Los anteriores fueron las larvas del escarabajo de harina y las langostas migratorias. Estos tres insectos son parte de los productos alimentarios que se pueden adquirir en cualquier supermercado que lo quiera distribuir, tanto congelado, seco o en polvo. Desde la Unión Europea insisten en que los insectos son «una fuente alimenticia nutritiva y saludable con alto contenido en grasas, proteínas, vitaminas, fibras y minerales». La estrategia seguida por la Comisión Europeo es la de pasar a una producción y consumo más sostenible donde los insectos sean una fuente de alimentación alternativa y real.
Por ello, y con visión de futuro, la empresa aragonesa Insectopía 2050, fundada por Ana de Diego y Eva Gavín, y que cuenta con el apoyo del Gobierno de Aragón o del Instituto Tecnológico de Aragón ITAINNOVA, está investigando sobre la cría de gusano de la harina para lograr una granja de insectos que se llegue a distribuir y comercializar. Fue en el año 2019 cuando se fundó la empresa y se instaló una cría piloto de ‘Tenebrio Molitor’. Desde entonces, se centran en la optimización de la cría y en la evolución de subproductos o desperdicios agroalimentarios.
Reconoce esta empresaria que el choque cultural aún supone una barrera de entrada para la alimentación basada en insectos
Una de las fundadoras, Ana de Diego, atiende a El Confidencial para explicar que de la idea que surgió en 2019 «se llegó a lograr la producción de varios productos, como un snack para perros y un pienso para gallinas ponedoras«. Y con ello, cuenta, no fue para la venta final, sino para testar su uso en animales «y así realizar un estudio potencial para nichos de mercados pequeños así como ver su viabilidad en barritas energéticas o proteicas para humanos». Reconoce esta empresaria que el choque cultural aún supone una barrera de entrada para la alimentación basada en insectos, especialmente donde el insecto «no se come entero».
En este sentido, cree que sí podría lograrse productos donde en parte haya sustancia derivada de insectos, como la pasta. «El mercado donde hay una gran oportunidad es la alimentación animal. Con todas las dificultades del mercado del cereal respecto a la guerra de Ucrania, se hace de mayor interés garantizar la proteína base para hacer pienso y los insectos ofrecen una oportunidad interesante», detalla. Sin embargo, aquí el problema es de volumen de producción porque los productores son pequeños y en instalaciones reducidas. Aún queda mucho camino por recorrer para conseguir productos con insectos que satisfaga la alimentación animal y sea equiparable a la actual.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó a principios de 2021 la primera evaluación completa de un producto alimenticio, con origen en Holanda, derivado de insectos como nuevo alimento para humanos. Concretamente, el gusano de la harina.
Una granja de insectos en la España Vacía
La empresa Just Bugs SL tiene todo a punto para la puesta en marcha de una granja de insectos en un pequeño municipio de Teruel. En las Cuevas de Almudén, donde su censo no alcanza las 150 personas, está previsto que en pocos meses se materialice el proyecto de tres jóvenes emprendedores para criar el gusano de la harina. Un coleóptero rico en proteínas y bajo en grasa, con el que se fabrican harinas para alimentación animal o consumo humano. Este insecto ha sido aprobado por las autoridades sanitarias de alimentación europeas para su consumo en 2021.
La empresa tendrá una cámara «para reproducir el hábitat natural de los gusanos», según cuentan desde la compañía. Serán 40 días los que deberá estar el insecto en su fase larva, donde más aprovechable es por estar en su punto álgido de proteínas. En principio, según detallan, se estima una producción de 7 toneladas al año para 2027. Una cantidad que al no ser suficiente para el abastecimiento en volumen a grandes productores animales o a las grandes cadenas de distribución, irá destinada a la venta por comercio electrónico o a comercios especializados. En el campo animal, inciden en que una de las salidas es para «pienso en piscifactorías, ya que la harina de este gusano es altamente beneficiosa».
Fuente: https://www.elconfidencial.com/espana/2022-03-27/granjas-futuro-paso-aragon-alimentacion-insectos_3398415/