La demografía mundial continúa aumentando, pero se acerca el momento en que comenzará a descender, antes de llegar a la cifra de 10.000 millones de individuos.
ROBERTO VOLGI / Corriere Della Sera / PAPEL / EL MUNDO
A día de hoy, somos más de ocho mil millones los habitantes del mundo. Según Neodemos, un foro sobre demografía independiente formado por algunos de los mejores demógrafos italianos, el punto máximo de los que somos se alcanzó el pasado 23 de enero. Por el momento no hay datos oficiales pero demos la cifra por buena, ¿y ahora? Pues ahora nada porque no es éste el número que debería preocuparnos. En relación al momento actual habría incluso que poner en cuarentena las cifras de la población en el mundo y si seguirá aumentando velozmente porque hemos entrado en una nueva fase de la población mundial, la de la recesión. ¿Significa esto que comenzará a descender ya? No, pero sucederá, dicen los estudios demográficos, en 2064.
Desde ahora hasta entonces, la población mundial seguirá creciendo porque los valores de algunos de sus parámetros fundamentales -dos sobre todo: la proporción de mujeres en edad fértil sobre el total de mujeres y el número medio de hijos por mujer- siguen siendo favorables para muchos nacimientos Pero menos favorables que hace 10 años. Y lo serán aún menos en los próximos años.
Lo que estamos presenciando es un aumento de población debido, al menos en un 50%, a tendencias demográficas que vienen de lejos y que se están agotando. De hecho, hay muchas señales que convergen en la nueva dirección: esas tendencias no solo se están desvaneciendo sino que también se están transformando en tendencias opuestas antes de lo esperado.
En otras palabras: no será necesario esperar hasta finales de siglo, como se pensaba, para comenzar a ver cómo el tamaño de la población primero se detiene y luego retrocede. Y la cantidad de individuos estará lejos de alcanzar la cifra de 10.900 millones prevista hace unos años por la División de Población de la ONU para finales de siglo.
Un estudio demográfico de la Universidad de Washington de 2021 afirma que el declive de la población mundial comenzará en 2064, una vez que alcance los 9.600 millones de habitantes para esa fecha. Un vaticinio que en el estado actual de las cosas parece estar bien fundado, al contrario que el de la División de Población, (los últimos datos son de la Revisión de las Perspectivas de la Población Mundial 2019). Ya debería haber sido aprobado el documento de Revisión 2021, pues son bianuales. Además, los cambios que vendrán responden a nuevas dinámicas.
Y ése es el meollo de la cuestión: las previsiones de la División de Población de 2019 se basan en tasas de fecundidad (promedio de hijos por mujer) que, según las estimaciones de 2020, están sobreestimadas. En 2019 se creía que el año siguiente el número promedio de hijos por mujer sería de 1,78 hijos en los Estados Unidos y 1,69 en China. Pero en los últimos meses de 2020 en China la tasa de fecundidad se hundió, según fuentes chinas, hasta los 1,3 hijos de media por mujer, mientras que en Estados Unidos. se acercó a 1,6, lo que supondría decretar el fin del «excepcionalismo demográfico occidental» que representaba hasta hace unos años Estados Unidos. Su particularidad era ésta: haber sido el único país de Occidente que no ha hecho más que aumentar el número de habitantes.
Por si fuera poco, a estas dos potencias económicas y geopolíticas, China y Estados Unidos, se sumaría India, otro gran coloso demográfico que podría superar a China en número de habitantes en 2030. El promedio de hijos por mujer en India, pronosticado por la División de Población de 2019, era de 2,2 en 2020, pero ya ha descendido a 2 hijos de media por mujer.
Al descenso de la tasa de fecundidad, que parece generalizado, se suman las consecuencias de la pandemia y ni siquiera la ONU cree que se pueda regresar a cifras de fecundidad prepandémicas en pocos años, una vez ésta termine.
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Y que se esté produciendo un descenso importante de la fecundidad en los tres países que, por sí solos, concentran casi la mitad de la población mundial, más que una coincidencia es señal de un escenario que podría convertirse en un punto de inflexión. Desde principios de los años 50 del siglo pasado, la población no ha dejado de aumentar. Entonces, éramos 2.500 millones. Pero la caída imparable de la tasa de mortalidad, especialmente la de las primeras edades de la vida, y no tanto el aumento de número de hijos por mujer, generó la larga y explosiva fase ascendente de la población mundial.
La previsión era alcanzar el umbral de los 11.000 millones de habitantes al final de este siglo, pero todo apunta a que no llegaremos a tal cifra. En verdad la nueva dinámica también se establecería a largo plazo, las cosas podrían cambiar de nuevo, pero los datos hoy indican que no llegaremos a ser tantos individuos. El pasado nos dice que podemos afrontar la superpoblación. Quizá nuestros nietos tengan que afrontar el problema contrario: la despoblación. Lo que no sabemos hoy es qué será más complicado.
Fuente: https://www.elmundo.es/papel/futuro/2022/02/21/6212734be4d4d8ca6c8b45b8.html