La galerista mexicana asegura que se avecina un cambio de generación estética, política y social
CARMEN MORÁN BREÑA / México / EL PAÍS
El arte contemporáneo está a punto de saltar de era. Un cambio se avecina, la generación de la pandemia traerá grandes nuevas en la creación artística. Así lo aventura Mónica Manzutto, quien junto con José Kuri fundaron en México, en 1999, la galería que unió sus apellidos y se convirtió pronto en una referencia internacional en Latinoamérica y en el mundo: Kurimanzutto. La galería, ubicada en una antigua maderería, es un espacio museístico con tienda en uno de los barrios céntricos de la capital, una hermosa visita turística. La mexicana de origen colombiano se emociona a sus 49 años pensando en ese porvenir, pensando en poner a dialogar a los artistas jóvenes con sus antecesores. Feliz de vivir ese cambio de era.
Pregunta. Los museos han estado cerrados más tiempo que las tiendas de ropa y otros establecimientos comerciales.
Respuesta. Así se trata a la cultura en el mundo, en todo el mundo estuvieron cerrados los museos más tiempo de lo necesario. Es un momento crítico para las ideas, la cultura, los creadores. El sistema no ha sabido responder de manera ágil ni entender la capacidad de transformar. Siento que los gobiernos no han logrado entender la fuerza de la cultura y esa falta de creatividad y de lugares de encuentro tan importantes. Siempre hemos dicho que cuando te dan becas, no importa tanto la beca como la fiesta, el encuentro, porque ahí suceden las discusiones reales, surgen las ideas, los grupos. Creo que se castiga a la cultura.
P. ¿El sistema capitalista se siente agredido por la cultura y la creatividad?
R. Se siente agredido, sí, y a veces los muros de los museos no están listos para colgar lo nuevo, porque no saben hablar de esos temas, no saben contar la narrativa, defender ciertas obras y se vuelven convencionales, nadie arriesga a colgar algo que cause cierta polémica. El gran cambio de los museos será ese, ser capaces de colgar obras de ahora, de lo que está pasando ahora social y políticamente y a nivel estético.
P. ¿Las galerías están ocupando ese hueco que están desatendiendo los museos? Se visitan con la certeza, además, de que en ellas está lo último en arte.
R. Total. Hace mucho que las galerías se volvieron espacios audaces e independientes, se puso de moda tener estos espacios museísticos y van tomando muchas responsabilidades. Nosotros, por ejemplo, tenemos un archivo, estamos curándolo y eso es algo valioso. Y podemos mostrar lo que queramos, sin censura. Somos más independientes. No podemos perder la diversidad de las galerías, tienen que estar las jóvenes y las grandes, pero también las medianas.
P. ¿El arte contemporáneo es más comprometido con el mundo que le rodea?
R. Yo creo que sí, los mismos artistas están comprometidos, no solo los galeristas. Apoyamos iniciativas que no tienen que ver solo con el arte, a través de ONG y otras organizaciones, para nosotros es importantes ser parte de algo y contribuir a la transformación y la educación.
P. Siempre hay un mensaje en estas obras, de corte medioambiental, político, social.
R. Sí, y no tiene que ser a través de un grito, a veces este arte es político por lo sencillo, lo poético, hay muchas maneras de hacer arte político, los artistas tienen cierta intención, si un artistas es político o no es algo sutil.
P. A lo mejor es que el arte siempre es político.
R. Es muy posible, porque no es solamente el artista que grita o hace un eslógan o dice ‘soy político’. Los artistas toman posturas muy políticas siempre.
P. Pero los políticos no toman posturas muy artísticas.
R. No, ja ja. Desafortunadamente, no. A veces hay alguno por ahí, pero en general… Y tal vez eso es bueno también. Nosotros no dependemos del gobierno y esa libertad es importante, pero sí creo que debe haber incentivos y apoyos a los creadores y más en un momento de pandemia, pero a mí me gusta mucho ser independiente.
P. Con la pandemia, el lujo ha salido ganando. ¿Las obras de arte también?
R. La respuesta es sí, pero solo para algunos y para cierto tipo de obra. Durante la pandemia se movió muchísima obra, pero sobre todo bidimensional y pintura. Nosotros no tenemos tantos artistas pintores en la galería. Pero tenemos muchos años cerca de un grupo de coleccionistas e instituciones que no nos dejaron de apoyar, esa es la parte más interesante: aprendimos que somos una comunidad que se apoya, la comunidad del arte. Los artistas son lo más importante, claro, nuestro trabajo está dedicado a apoyar estar carreras.
P. ¿En qué momento está el mercado del arte?
R. Hay un mercado bastante convencional, siento que la noción de riesgo se perdió con la pandemia y al final venden más los artistas conocidos. Y la pintura.
P. No están ustedes cansados de esas frasecitas que se oyen en las exposiciones, que si el extintor forma parte de la colección, que si un niño de tres años puede hacer un cuadro como ese…
R. Total. A mí me da risa, y lo último que quisiera perder es el sentido del humor, así que feliz de seguir escuchándolo, No importa si lo puedes hacer tú o no, lo importante es que alguien ya lo hizo. Al cabo, nos estamos exponiendo. Si te va a molestar lo que la gente dice, pues quédate en casa.
P. Y mantén la sana distancia.
R. Eso es.
P. La intervención del público, sin embargo, es connatural al arte contemporáneo, desde el tarado que destroza una obra en una exposición a quien la mejora con el consentimiento del artista. ¿Qué opina de las pintadas en la calle cuando hay manifestaciones? En México han sido muy criticadas las feministas porque grafiteaban las estatuas a su paso.
R. Si yo pudiera decidir, habría dejado las pintas de las feministas. Es una realidad, son monumentos públicos y tienen que sufrir lo que tengan que sufrir. Esos movimientos son importantísimos. Como dijo Pol B. Preciado, si se quemó Notre Dame, pues que se quede quemada. Tenemos que aceptar las ruinas del momento. En tres días, de repente se movilizó todo el mundo para reconstruir la catedral de París, justo en el momento en que hay más gente desplazada en el mundo… Tenemos que estar conectados con lo que pasa y lo que importa ahora, con las fronteras. Entonces, esas pintadas hay que incorporarlas y aceptarlas como parte de lo que está pasando.
P. Ver quemarse Notre Dame fue como la experiencia de ver pasar siglos en unas horas, cómo una creación se convierte en ruinas a cámara rápida, toda una performance.
R. Sí, estamos en un proceso de cambio. Esta pandemia traerá muchos cambios, muchas transformaciones, aunque todavía no estamos ahí, los veremos más adelante, ahorita lo que hemos hecho es sobrevivir a la soledad, al miedo, llorar a nuestros muertos. Pero tengo esperanza en el ser humano y creo que algo increíble va a suceder, ya viene sucediendo, pero los cambios van a tardar un poco, esto es como una guerra, el impacto se notará después.
P. ¿Qué arte vamos a encontrar después de esta catarsis mundial?
R. Bueno, ahora están los NFT [Non Fungible Token], pero yo creo que va a haber más espacio para un cambio a nivel estético, viene con cada generación, que rompe con la anterior y creo que eso es justo lo que viene ahora, ese rompimiento.
P. ¿Estamos ante un cambio de generación estética?
R. Yo creo que sí, estética, política, social y marcada por la pandemia, y va a ser muy interesante. Será interesante unirlo con lo que ya hemos estado construyendo, con los artistas con los que ya hemos trabajado, veremos cómo ponerlos en diálogo, saldrán cosas que van a ser una sorpresa para todos. Esa es la parte que me emociona, todos vamos a aprender por eso me gusta tanto este momento, es en el que más cuestionamiento hay hacia todo, las galerías, los museos, hacia todo, y también cambia mucho dependiendo de dónde estás el acercamiento a los temas, cada cultura lo hace a su manera, cada país, pero están ahí y al frente de nuestras conversaciones.
P. ¿Puede haber un diálogo entre el grafiti de Banksy y los muralistas mexicanos?
R. No lo había pensado como tal, creo que el muralismo tenía una agenda política y respondía a un momento histórico muy concreto de México, tenía un propósito específico. Para mí el grafiti, el tatuaje y otras maneras de tomar la ciudad o los espacios no necesariamente responden a algo tan concienciador, es más libre.
P. ¿El tatuaje es un arte?
R. Para mí sí, porque es un lenguaje increíble, profundo, con muchas capas, es un dibujo, una posición política, social, puede ser una manera de comunicarse. El tatuaje ha estado presente en la historia de la humanidad. Me encanta.
P. También hay una relación fecunda entre el arte y la ciencia.
R. Absoluta. Siempre lo ha habido, con las matemáticas, la física cuántica, la astronomía, y a veces es solo para hacer un dibujo, pero también un video, una instalación, y ahora más con la ciencia a través de la incorporación de la realidad virtual, la inteligencia artificial. Cada vez hay más acercamiento. A veces funciona solo como herramienta, 3D, realidad virtual, no como el fin, sino como un proceso. Los artistas han sido muy audaces para meterse a entender y utilizar la ciencia.
P. ¿En qué momento está México en el arte contemporáneo mundial?
R. Lleva años siendo un espacio muy vital para el arte. Fue a través de un grupo de artistas que realmente han hecho de México un lugar muy vital, de encuentro, donde vienen otros a trabajar y a vivir y pasan muchas cosas desde aquí, generamos ideas, proyectos, experiencias y se produce un arte que está en diálogo con los artistas de muchos otros sitios sin perder el ser México. Hace tiempo que se rompió la barrera entre lo local y lo internacional. Ahora tal vez se vería distinto, porque cuidamos más lo local. Lo importante es seguir fluyendo.
Suscríbase aquía la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país
Fuente: https://elpais.com/mexico/2022-02-05/monica-manzutto-yo-habria-dejado-las-pintas-de-las-feministas-en-los-monumentos.html