Fe, comunidad, familia, amistad, gratitud, unidad o las artes son algunos de los símbolos que han servido de hilo conductos en la decoración navideña de la Casa Blanca con Jill Biden al frente. Atrás han quedado los memes de Melania Trump.
MARTA MARTÍNEZ TATO / VANITY FAIR
En Estados Unidos la decoración navideña de la Casa Blanca es todo un acontecimiento que reúne a la prensa y es noticia. Y más si es el primer año después de un cambió presidencial. Una expectación mayor si a esto le sumamos que los anteriores inquilinos, los Trump, tenían tantos admiradores como detractores y, desde luego, un estilo único. Es tradición que sea la primera dama la que se ocupe de este acontecimiento y Jill Biden lleva desde comienzos del verano diseñando esta decoración junto a su equipo.
En esta primera Navidad la primera dama ha querido rendir homenaje a todos los que han trabajado por mejorar la situación durante la crisis sanitaria y los valores fundamentales que han ayudado a la gente durante la pandemia. “Regalos del corazón” es el tema que Biden ha elegido para que funcione como hilo conductor de toda la decoración. La fe, la comunidad, la familia, la amistad, la naturaleza, la gratitud, el servicio, la unidad o las artes han sido algunos de los temas que presiden cada una de las salas. La famosa Ala Este está adornada con el “regalo del servicio”, que homenajea a la compasión, la valentía y la entrega de tantos durante la pandemia. Palomas iridiscentes y estrellas que iluminan el pasillo representan la paz y la luz. PUBLICIDAD
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La librería ha sido decorado bajo la temática del “regalo del aprendizaje”, dedicado a los profesores y su esfuerzo por seguir enseñando a su estudiantes a pesar de la pandemia. Una montaña de libros encima de una mesa con una escultura de periódicos reciclados coronan la sala.
VERBlanca Suárez, Óscar Casas y el reparto de ‘Jaguar’ responden al Cuestionario Prousthttps://732beabdac3d2c56ecef0087a7adf6fa.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.htmlLO MÁS VISTO
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El principal árbol de Navidad, el más grande, es el que preside la Habitación Azul y este año está inspirado por la paz y la unidad, por lo que una enorme guirnalda de palomas blancas recorre el gran abeto de arriba abajo.
Otro de los elementos más célebres de la decoración de Navidad de la Casa Blanca es la réplica del famoso edificio presidencial hecho con galleta de jengibre. Este año se ha sumado una réplica de un hospital, un colegio, una estación de policía… En representación de todos los que han trabajado en primera línea combatiendo la pandemia. Una virguería de la pastelería que ha llevado varias semanas de trabajo.PUBLICIDAD
Para toda la decoración, han participado más de 100 voluntarios y se han utilizado 41 árboles de Navidad, más de 6.000 metros de cintas, más de 300 velas y más de 10.000 adornos. Unas cifras nada desdeñables y sin embargo, nada comparadas con las de su antecesora, Melania Trump. También el estilo es completamente opuesto y, de momento, mucho menos criticado que el de la anterior primera dama. En sus primeras navidades en la Casa Blanca, en 2017, Melania decidió arriesgar con una ornamentación nada convencional: unas desnudas ramas de color blanco decoraban uno de sus pasillos más fotografiados. La respuesta en redes sociales no se hizo esperar y los memes comparando la decoración con Voldemort, de Harry Potter, colocando a Jack Nicholson en una escena de El resplandor o al protagonista de Pesadilla antes de Navidad, se cebaron especialmente con esta parte.
Unas críticas que no parecieron aplacar las ganas de originalidad de Melania Trump pues en 2018 se lanzó con una colección de abetos rojos que, según explicó la primera dama, hacía alusión a la valentía, al valor y a las barras rojas de la bandera americana, pero una vez más las críticas y los memes arreciaron. Una decoración que en redes no tardaron en describir como “árboles de sangre” o en compararlos con la estética de las protagonistas de “El cuento de la criada”. Sin adornos, ni regalos justo en un año en el que la polémica por los niños inmigrantes separados de sus padres y la aparente indiferencia de Melania Trump sobrevolaba sobre ella.
En 2019 pareció haber aprendido la lección y apostó por un tono mucho más tradicional en el que se rendía tributo al “Espíritu de Estados Unidos”. En esta ocasión también fue criticada por demasiado clásica, por utilizar flores de papel y por aquel estudiado vídeo en el que aparecía una pensativa Melania mirando por la ventana y rematando la decoración de uno de los árboles espolvoreando sobre él un puñado de nieve falsa.
El último año de Melania Trump en la Casa Blanca no pasó menos desapercibida por culpa de unas cintas publicadas en las que se escuchaba a Melania Trump quejarse del esfuerzo que suponía el despliegue navideño. Estas cintas al parecer fueron grabadas en 2018 por una empleada despedida y en ella Melania aseguraba que este era un trabajo que no le importaba lo más mínimo. De nuevo los memes inundaron las redes con Melania y su odio por la Navidad como protagonistas bajo la etiqueta #MelaniaHatesChristmas.
La decoración fue en su último año de hecho menos navideña de lo habitual, con un tren eléctrico recorriendo la mesa de uno de los salones o unas enormes vasijas conteniendo grandes ramos muy alejados de la temática navideña y que los comentarios más ácidos compararon con urnas funerarias.
Melania Trump, en una entrevista realizada en la Liberty University en 2018 afirmaba: “Estamos en el siglo XXI y todo el mundo tiene un gusto diferente. A mí me parece que queda fantástico”, en alusión a aquellos célebres árboles rojos.
En algo tenía razón la ex primera dama: todo es cuestión de gustos.
Fuente: https://www.revistavanityfair.es/articulos/decoracion-navidad-casa-blanca-jill-biden