El PAN enfrenta dos realidades, por un lado, se ha posicionado como el principal rival de Morena, pero por el otro, vive una serie de conflictos internos que van desde el control del instituto blanquiazul y su política de alianzas, hasta su definición ideológica como partido
CARLOS MONTESINOS / NOHEMÍ GUTIÉRREZ / REPORTE INDIGO
El Partido Acción Nacional (PAN) lidera la oposición al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Una acción que aunque le permitió recuperar cierto terreno perdido tras la derrota electoral de hace tres años, también hace más evidente la complicada situación actual del instituto que lucha por redefinirse ideológica y operativamente rumbo a la próxima contienda.
Con 114 diputados federales, el PAN es la segunda bancada más grande en la LXV Legislatura, solo por detrás de Morena.
También presume que, reteniendo Querétaro y Chihuahua, fue el único partido de Va Por México que logró gubernaturas el 6 de junio. Además de que los principales presidenciables de la oposición para 2024 suelen surgir de sus filas, con su dirigente nacional, Marko Cortés, enlistando no menos de ocho prospectos.
Pese a estos logros, el PAN no termina de consagrarse como la gran alternativa opositora al proyecto lopezobradorista, por el contrario, la reelección de Cortés Mendoza dejó ver las grietas blanquiazules, puesto que los demás aspirantes –Francisco Domínguez, Adriana Dávila y Gerardo Priego– terminaron declinando entre críticas de falta de condiciones democráticas para la contienda, una constante en los últimos procesos internos.
Aunado a esto se encuentran las discrepancias con la alianza Va Por México. Si históricamente se veía con recelo aliarse a los izquierdistas del Partido de la Revolución Democrática, unirse al Revolucionario Institucional no fue menos polémico. Mientras los senadores Damián Zepeda y Gustavo Madero llamaron a la alianza un fracaso, Jorge Romero, coordinador de los diputados panistas, sentenció que los votos priistas en la reforma energética definirán su futuro.
En entrevista con Reporte Índigo, Cecilia Patrón Laviada, secretaria general y diputada federal de Acción Nacional, asegura que el partido que comanda Cortés Mendoza trabaja para ser la cabeza de la oposición.
Por lo tanto, busca coordinarse con gobernadores, alcaldes, diputados locales, federales, senadores, estructuras partidistas y con la ciudadanía misma con el objetivo de posicionarse como la alternativa al Gobierno de López Obrador.
Como ejemplo, Patrón recuerda que el partido votó en contra de la recientemente aprobada Ley de Ingresos porque “defendimos a las asociaciones civiles, nos pusimos del lado de los jóvenes”.
Reitera las críticas hacia la propuesta de contrarreforma energética hecha por el primer mandatario, la cual advierte como un “retroceso” en materia de energía limpias que solo consolidaría el monopolio de la Comisión Federal de Electricidad.
Respecto a las polémicas por la reelección de Cortés, responde que “nosotros estamos buscando a todos, sumando, es normal cuando hay una elección y cuando se vive la participación activa de todos los miembros. Acción Nacional siempre ha sido un partido donde se ha discutido, dirimido, creo que esa es la libertad y esa es la diferencia que a lo mejor no estamos acostumbrados a tener en los partidos políticos. En cambio, en Acción Nacional para nosotros es normal”.
En ese sentido, recalca que, rumbo a 2024, el partido tiene músculo “y estamos más fuertes y unidos; con nuestras diferencias, pero eso será siempre parte de la vida institucional de Acción Nacional”.
Además enlista a varios perfiles presidenciables como a los gobernadores María Eugenia Campos, de Chihuahua, y Mauricio Vila, de Yucatán, además de Ricardo Anaya, a quien considera un “perseguido” del actual gobierno por cuestiones políticas.
En contraste, Ernesto Ruffo, cuadro histórico de Acción Nacional, comenta a Reporte Índigo que el partido vive una dualidad en cuanto a sus realidades externas e internas. Explicando que se mantiene como la segunda fuerza política del país y augura que será el principal rival de Morena en 2024 porque sus principios atraen al electorado, también acusa que la institucionalidad de la organización ha sido “ahogada” por la agrupación que hoy comanda Marko Cortés.
“En el marco externo, el PAN se ha mantenido congruente con sus propósitos y principios, es una inercia que siguen los legisladores, pero, efectivamente, en el rumbo táctico-operativo de la coyuntura política, el CEN del PAN brilla por su ausencia y eso no es otra cosa más que el reflejo del poco interés de Marko Cortés de enfrentar con toda claridad de rumbo el problema”.
El primer gobernador emanado del PAN señala que el partido enfrenta una disyuntiva puesto que, mientras la naturaleza de la institución es ciudadana, los grupos que controlan las dirigencias municipales, estatales y hasta nacional, que hoy encabeza Cortés, prefieren cerrarse, incluso impidiendo el registro de nuevos militantes con tal de mantener el control, lo que a su vez, ha provocado el desgaste de sus candidatos al postular figuras sin trayectoria afines a estos grupos.
De igual manera, mantiene la crítica sobre la alianza opositora Va Por México, pues considera que en general, los partidos políticos carecen de prestigio y confianza entre la ciudadanía.
“La gente va y vota porque saben que tienen que renovar funcionarios, pero generalmente están yendo a votar en contra del último que estuvo presente, sea alcalde, gobernador o Presidente de la República”, dice.
“Realmente la gente no confía en los partidos, en ninguno. De la coalición Morena, son todos gavillas, un engaño, usufructuarios del poder que lo que menos les interesa es, precisamente, el interés público. Así que, el tema de la coalición, es un tema desacreditado por definición esencial, porque la integran partidos que no son dignos de la confianza de la ciudadanía que quiere un México institucional, legal, estable y prospero”.
Fuente: https://www.reporteindigo.com/reporte/la-atribulada-oposicion-las-realidades-del-pan/