Por Jesús Manuel Hernández
A cuenta gotas van saliendo los nombres de quienes van a integrarse en el gobierno de Eduardo Rivera como funcionarios del gabinete municipal. Algunos nombres responden a la militancia y cercanía con el primer círculo, otros son derivados de la evaluación para tener un buen gobierno.
También hay exigencias, como la petición de Genoveva Huerta de contar con el 25 por ciento de gente recomendada por la dirigencia panista según un acuerdo que anda medio extraviado, como aquel que firmaron hace años los panistas con Moreno Valle y que Pablito Rodríguez Regordosa aseguraba que estaba en la “caja fuerte del señor gobernador”.
Los nombres filtrados no son desconocidos, algunos incluso repiten en la función, como el caso de Alejandro Cañedo Priesca quien sin ser panista, es de los aceptados por todos en beneficio de Puebla.
Y es que ese es quizá el sentimiento de los poblanos, que quien gobierne lo haga bien y que al nuevo gobierno, al margen de los partidos políticos, las filias y las fobias, le salgan las cosas bien en beneficio de los poblanos.
Tres años no bastan para cambiar el rumbo de una ciudad, muchos lo han intentado, en el caso de Lalo Rivera será la segunda ocasión, de donde se espera que la experiencia sirva de algo en las primeras acciones.
Aparecen discursos sobre el mal estado de los camellones y la urgente necesidad de que el nuevo ayuntamiento intervenga. También cifras del número de ambulantes y la superficie invadida en el Centro Histórico, la prostitución y su posible control o solución inmediata, etcétera.
Pero un tema ronda las mentes de los expertos en el gobierno municipal, el de la Seguridad Pública, una asignatura siempre delicada, pendiente en algunos casos, aprobada no siempre con sobresaliente y siempre bajo la observación de los ciudadanos, quienes finalmente son la presa de una buena o mala acción de la policía municipal.
Al margen de cuántos policías, cuántas cámaras, cuántos vehículos, cuánto armamento y de qué tipo, quiénes son los proveedores, etcétera, el tema central es quién será el o la titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Municipio de Puebla.
Tan solo mencionarlo entre los observadores recuerda las malas experiencias entre Claudia Rivera y Miguel Barbosa, un escalón insuperado, donde la primera no aceptó la imposición del gobernador y la relación derivó en la tensión de todos conocida.
Desde que Eduardo Rivera ganó las elecciones del 6 de junio los expertos vienen considerando el tema como el punto central de cómo será el nuevo gobierno y qué tanto podrá manejarse de manera autónoma o en estrecha relación con el Gobierno del Estado.
Y así, surgen los comentarios, los nombres de personajes del pasado y las especulaciones. El cotilleo está a la orden del día y la indefinición aumenta los rumores y no acaba de mostrar el pronóstico del clima que gobernará el desempeño de las administraciones municipal y estatal.
Y así, algunos dicen que se han presentado cuatro nombres a consideración del gobernador y los cuatro han sido desechados.
Hay quien asegura que la condición expuesta “sine qua non” es que el secretario o secretaria, sea ajeno a la llamada “hermandad”.
También aparecen referencias, “dicen” que viene de Guanajuato y ha tenido experiencia en gobiernos panistas; otros, que el funcionario procede de Quintana Roo donde el Presidente Municipal entrante tiene conocidos. Algunos más que el nombre ha sido solicitado al nuevo Secretario de Gobernación, Adán López, e incluso se ha pedido el auxilio de la Guardia Nacional y la Sedena para recibir nombres y someterlos al análisis.
Quizá el nombre no sea lo más importante, más bien la forma de concertarlo, de acordarlo, de cómo fueron las presiones, de cuánto peso tuvo la opinión o el veto, si es que lo hay, de Casa Aguayo a la designación municipal.
Y es que los de gayola y los de las primeras barreras, coinciden en un asunto: de cómo se dé este primer “pase”, dependerá el resto de la faena, y es que, siguiendo en términos taurinos, todos se preguntan si Lalo Rivera le entrará al trapo…
O por lo menos, así me lo parece.