En 1810, El Amo Torres ganó en Zacoalco la plaza de Guadalajara para los insurgentes. En vísperas del bicentenario de la consumación de la Independencia, toda la entidad ha sido tomada de nuevo, pero por el Cártel de Jalisco Nueva Generación.
GLORIA REZA M. / PROCESO
GUADALAJARA, Jal. (apro).- El 4 de noviembre de 1810 José Antonio Torres, El Amo Torres, ganó en Zacoalco la plaza de Guadalajara para los insurgentes. En vísperas del bicentenario de la consumación de la Independencia, la plaza de esta ciudad –como toda la entidad– fue tomada de nuevo, pero por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En aquel tiempo El Amo Torres acordó con los líderes de La Barca, Ahualulco y Los Altos avisar al cura Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga que requerían su presencia tras el triunfo de los insurgentes sobre los realistas.
La tarde del 25 de noviembre de 1810, Hidalgo arribó a las calles de San Pedro Tlaquepaque proveniente de Zamora, Michoacán. Las calles estaban repletas de gente que aclamaba a quien 50 días antes había iniciado el movimiento independentista.
Una institución de la época registró que en la cabecera municipal de San Pedro Tlaquepaque había en el año 1900 más de 500 jacales y 22 casas de dos pisos y el resto eran de una planta. Es decir que 90 años antes de esa fecha, cuando Hidalgo llegó a San Pedro Tlaquepaque, seguramente encontró un pueblo de calles polvorientas, desalineadas y con muchas chozas.
El 30 de octubre de 2018 San Pedro Tlaquepaque fue nombrado pueblo mágico por contar con “atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes”, según la definición de la Secretaría de Turismo federal.
Hoy, las calles de la cabecera municipal de San Pedro Tlaquepaque son aptas para caminar con tranquilidad, pero ésta se pierde ante el manifiesto control que ejerce el CJNG.
El pasado 18 de marzo, en una zona peatonal y céntrica de la cabecera, a una cuadra de la presidencia, se localizó en una banca del Jardín Hidalgo el cuerpo de Carlos Enrique Sánchez Martínez, El Cholo, hasta entonces líder del Cártel Nueva Plaza.
El mismo día comenzó a circular un video en que El Cholo –sentado en una silla blanca de plástico, las manos esposadas y a sus espaldas seis hombres con uniformes de camuflaje y armas de alto calibre– se adjudicó varios crímenes, entre ellos el multihomicidio de La Jauja, Tonalá, cuyas víctimas fueron 11 albañiles que esperaban su nómina el 27 de febrero pasado.
El Cholo dijo contar con la protección de dos mandos de la policía de Guadalajara y del secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, para pelear contra el CJNG.
Los dos mandos de la policía tapatía señalados por el delincuente fueron separados de su cargo el 19 de marzo. Se trata del comisario jefe Jesús de Anda Zambrano y el comisario de la Región 2, Mario Alberto Martínez González.
El cuerpo embalado de El Cholo fue abandonado alrededor de las 12 del día en una banca donde convergen las calles en que se encuentran la Parroquia de San Pedro Apóstol y el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad. Una zona transitada, turística, con presencia policiaca y cámaras de vigilancia, públicas y particulares.
Quienes dejaron el cuerpo en ese lugar tuvieron tiempo suficiente para caminar por las calles peatonales con su carga, tender una cobija en la banca y clavar con dagas dos cartulinas, una en la parte superior y otra en la inferior del cadáver. La primera decía: “El traicionero: Carlos Enrique Sánchez Martínez alias: ‘El Cholo’”, y la segunda: “Gracias a todos los que mandaron calentar!”
Otro acto atribuible al CJNG en pleno centro de Tlaquepaque es el atentado del pasado 7 de mayo contra tres elementos de la Fiscalía General de la República (FGR), dos de ellos escoltas, cuando circulaban en un vehículo blindado por la calle Reforma, entre Alfareros y Francisco de Miranda.
Según la FGR, el ataque se relaciona con el levantamiento de los hermanos José Alberto, Ana Karen y Luis González Moreno, quienes habrían sido confundidos con su vecino.
De acuerdo con habitantes de la colonia San Andrés, en Guadalajara, dicho vecino sería el agente del Ministerio Público federal Óscar Cruz Reyes.
A este último, en una manta que se colocó el 9 de enero de 2018 en un paso a desnivel de la colonia Santa Rita, en Tonalá, se le acusó de recibir recursos de la delincuencia organizada y de entregar a la Secretaría de Marina (Semar) a José Luis Gutiérrez Valencia, Don Chelo, consuegro del líder del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.
En enero de 2010 Gutiérrez Valencia fue arrestado en Puerto Vallarta bajo el nombre de Antonio Herrera y fue condenado por los delitos de cohecho y portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército.
Entonces formaba parte del Cártel de Sinaloa. Don Chelo controló la venta de productos ilícitos en la cárcel de Puente Grande, de la que salió el 27 de noviembre de 2017.
Seis días después, Don Chelo fue abatido durante un enfrentamiento con elementos de la Semar en el rancho La Esperanza, también en Tonalá.
Los nuevos tributos
El 26 de noviembre de 1810 Miguel Hidalgo llegó a Guadalajara y despachó desde el Palacio de Gobierno. El 6 de diciembre decretó la abolición de la esclavitud y la supresión de los tributos que pagaban los indígenas.
A 201 años de la supresión de tributos, las personas que se dedican a la venta de artesanías y otros productos en puestos al aire libre en el primer cuadro del Centro Histórico, indígenas en su mayoría, tienen que pagar su permiso municipal y además “derecho de piso” a presuntos integrantes del CJNG. La misma suerte corren los comerciantes establecidos.
En mayo de 2010 el entonces presidente del Consejo Estatal de Comerciantes Establecidos y Prestadores de Servicios, José Luis Romero Chávez, denunció que una organización delictiva pretendió imponerles un cobro mensual a cinco de sus agremiados.
A más de una década de las denuncias de comerciantes ambulantes y fijos la situación no ha cambiado, corroboran policías de Guadalajara quienes detallan que “la Maña aplica cobro de derecho de piso” en Plaza Tapatía y Plaza de la Tecnología, que se ubica en avenida 16 de septiembre y López Cotilla. El primer punto está a 500 metros y el segundo a una cuadra del Palacio de Gobierno.
La misma mala práctica se aplica a comerciantes establecidos por la calle de Ramón Corona.
En el primer cuadro de la ciudad es común la venta de droga, y de celulares de dudosa procedencia, a la luz del día, así como de servicios sexuales.
En la cabecera municipal de ambos municipios también se registra otra serie de delitos como homicidios dolosos, lesiones dolosas, privación ilegal de la libertad, desapariciones, robos a personas, a negocios, de autos y de motocicletas, según estadísticas de la Fiscalía General del Estado.
Fuente: https://www.proceso.com.mx/nacional/2021/9/14/200-anos-despues-cjng-los-nuevos-amos-271957.html