Por Fernando Manzanilla Prieto*
En mi Segundo Informe de Labores Legislativas, que puede ser consultado en fernandomanzanilla.com.mx, hago una breve reflexión acerca de los principales retos que enfrentará la presente legislatura durante su tercer año de labores.
El primero de ellos será, sin duda, asegurar que el Presupuesto recientemente aprobado, impacte positivamente en la recuperación de la actividad económica. Para ello, deberá privilegiarse la inversión productiva generadora de empleos así como el apuntalamiento de la competitividad de nuestra economía. Esto nos permitirá generar los ingresos gubernamentales necesarios para atender las necesidades económicas y sociales básicas de amplios grupos poblacionales afectados por la pandemia.
El segundo gran reto que enfrentará esta legislatura será, sin duda, el de coadyuvar a hacer accesible la vacuna o la cura contra el Covid-19 a toda la población, una vez que sea aprobada para su uso. Se han generado grandes expectativas respecto a contar con una vacuna eficaz y segura en tiempo récord, pero aún en caso de tenerla, el verdadero desafío será producirla, distribuirla y aplicarla, también en tiempo récord, a 130 millones de personas. En todo caso, el Congreso tendrá la responsabilidad de garantizar que este objetivo se cumpla.
Finalmente, en tercer lugar destaca la realización de las elecciones intermedias y su calificación. El próximo año se realizará el proceso electoral más grande y complejo de nuestra historia, en el cual, además de la elección de 500 diputados federales que integrarán la LXV Legislatura, se renovarán 15 gubernaturas y se elegirán 1,063 diputados de 30 congresos locales así como 1,926 ayuntamientos en 30 estados. Estas elecciones definirán el rumbo de la segunda mitad del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la coalición Juntos Hacemos Historia, que hoy tiene mayoría en ambas Cámaras.
Considerando el factor Covid-19, las diferentes fuerzas políticas que integramos la presente legislatura tendremos el compromiso de coadyuvar a que el proceso electoral se lleve a cabo de manera segura, civilizada y con apego a la legalidad. Pero más importante aún, tendremos la responsabilidad de calificar la elección intermedia, en tiempo y forma, es decir, determinar con exactitud y claridad el resultado del proceso de selección de representantes y gobernantes una vez desahogadas las impugnaciones que se pudieran haber presentado en los órganos competentes.
Considero que 2021 será un año clave para retomar el camino de la reconciliación y la unidad. Las y los mexicanos tendremos la oportunidad de superar la emergencia nacional y retomar el camino de la transformación por el que votamos la mayoría en 2018: un verdadero cambio de régimen exige dejar atrás viejas prácticas y estilos de gobierno que solo confunden el verdadero rostro de la Cuarta Transformación.
Ello nos exige dejar atrás la división y el encono para así poder replantearnos, en unidad, los términos de una nueva senda de prosperidad y progreso para todos, a partir de los preceptos básicos que han guiado la alianza política que hoy es mayoría: Estado de Derecho, seguridad y justicia; economía solidaria, empleo y desarrollo sostenible; y gobierno transparente y honesto que combate frontalmente la corrupción.
Es cierto que la pandemia nos ha traído desolación y desesperanza, pero también nos ha permitido apreciar de qué estamos hechos y cuáles son nuestras fortalezas. Puebla nos necesita a todos: gobernantes, académicos, empresarios, sindicatos, organizaciones de productores, representantes sectoriales, iglesias, medios de comunicación, artistas e intelectuales. Ha llegado el momento de la unidad de propósitos como fórmula privilegiada de cambio con rumbo. Ha llegado la hora de construir un gran acuerdo por el bienestar.
*Diputado Federal por Puebla