Los Periodistas

Desde Próspera, la república de los ‘tecnobros’, con sus leyes y su medicina experimental hasta la Generación Z que ha venido a cerrar el bar (después de ocho mil años bebiendo vino) | El Mundo

Análisis de las tendencias mundiales que, tarde o temprano, afectarán a su bolsillo.

Justo tres semanas después de las elecciones generales en Honduras, aún no hay ganador. Sin embargo, hay un lugar de este país en el que los comicios importan poco, pese a estar en una región de elevada pobreza: un pueblo de 2.000 habitantes llamado Próspera, creado hace ocho años en una Zona Administrativa Especial – en la práctica, una zona franca -. Próspera es por y para millonarios tecnológicos. Tiene sus propias leyes y juzgados (muchas disputas se deciden en tribunales de arbitraje en EEUU). Y cuenta con su propio sistema de salud, que incluye mucha manga ancha en tratamientos experimentales para aumentar la longevidad, una idea que obsesiona a los tecnobros (el ideólogo de estas ciudades soberanas, Peter Thiel, busca de la inmortalidad inyectándose sangre de adolescentes). Según reveló esta semana Financial Times, en el país caribeño de St. Kittis and Nevis está creándose una comunidad similar, llamada Destiny (Destino).

El Pentágono debate si Europa, Oriente Medio y África aún son prioritarias

Dicen que una forma de ver dónde va a estar el poder económico en las próximas décadas es seguir los pasos del Departamento de Defensa de EEUU. Si eso es cierto, la cosa pinta mal para Europa. Según el Washington Post, el Pentágono estudia fusionar sus Mandos Europeo, Africano (que ya comparten cuartel general en Alemania) y Central (que va desde Egipto hasta Kazajistán) en un Mando Internacional. Sus Mandos de Norte y Sudamérica también pasarían a ser uno solo. Eso supondría que Trump busca la autarquía al replegarse a su continente y reforzar su muro frente a China en Asia, Pacífico e Índico. África y Oriente Medio irían para China, y Europa se quedaría sola con la amenaza de Rusia. El Pentágono niega que exista el plan al que, según algunos, se oponen los generales por una razón laboral (a menos Mandos… menos necesidad de mandos). Otros temen que el Mando Internacional acabe convirtiéndose en un monstruo burocrático.

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La defensa europea necesita, además de dinero, funcionarios

Cuando en mayo la UE anunció que iba a poner a disposición de las empresas de defensa 150.000 millones de euros con el llamado programa SAFE, nadie pensó que la demanda iba a ser superior a esa cifra en 40.000 millones. Así que ahora Bruselas está empezando a plantearse un SAFE-2. Algo que podría empezar a perfilarse esta misma semana de Navidad. Eso demuestra que las empresas tienen capacidad y voluntad de asumir su propia defensa. Pero el problema no es empresarial, sino administrativo. Después de décadas sin apenas gastar en defensa, los Estados carecen de expertos en las necesidades de seguridad nacionales, e incluso dentro de los propios Gobiernos y grupos parlamentarios son muy pocos los políticos con capacidad de iniciativa en esta materia. Eso incluso afecta a los Gobiernos y Estados de Francia y Reino Unido, que son los únicos que, mal que bien, han demostrado al menos cierto interés en mantener su proyección internacional.

El superávit chino, un problema de billonario para la economía mundial

La economía mundial tiene un problema de 1,08 billones de dólares, que es la cifra del superávit comercial de China en los once primeros meses del año. Eso supone ya 88.000 millones más que en todo 2024 y, aunque la cantidad está algo inflada por un dólar débil, no deja de ser brutal. Más aún en un momento de desglobalización, crisis del comercio y guerra arancelaria antichina de EEUU; todo ello salpimentado con una oleada de señales de debilidad en la segunda economía mundial. Ese mercantilismo – que deja a Angela Merkel o a Donald Trump como aprendices – es un problema geopolítico para Pekín, como ha quedado claro esta semana con la glacial recepción de la propuesta del ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, para liberalizar el comercio de su país con el Golfo Pérsico. Los árabes quieren inversiones, no quitar aranceles a un país que ya les vende de todo. A este paso, todo el mundo va a seguir las políticas de Trump con China…

«Si no te comes mi pollo, te quedas sin IA»: Trump frena el sueño ‘tech’ de Starmer

¿Qué tiene que ver el pollo con la Inteligencia Artificial? Pues mucho. Lo suficiente como congelar un supuesto (énfasis en «supuesto») plan de inversiones de gigantes tecnológicos estadounidenses en el Reino Unido por valor de 31.000 millones de libras (35.000 millones de euros). Ése era el pomposamente denominado Acuerdo para la Prosperidad Digital alcanzado entre el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente estadounidense, Donald Trump, durante la visita de Estado de este último al Reino Unido, el pasado septiembre. Washington ha decidido, literalmente, «congelarlo», para forzar a Londres a permitir el uso de cloro en la carne de pollo, de hormonas en la de vaca, y a levantar las regulaciones de contenidos online y la ‘tasa Google’ británica. Es un duro golpe para los planes del Reino Unido de desarrollar su industria tecnológica en el medio plazo, que expone por si aún fuera necesario, la debilidad tecnológica europea.

Ocho mil años bebiendo vino… hasta que llegó la Generación Z y cerró el bar

Las fechas navideñas están marcadas por el regreso a la tradición más entrañable. Y nada más tradicional y entrañable que darle al vino, una actividad que el homo sapiens lleva practicando con entusiasmo desde al menos 8.000 años. Hasta que, ahora, los jóvenes han roto esa tradición de ocho milenios para empezar a beber mucho menos alcohol. Francia, que ha hecho de estas bebidas un signo de identidad (y un negocio blindado frente a la competencia exterior), ha destinado 130 millones a subvenciones para arrancar viñedos porque no hay demanda para su producción. Las cifras son tan devastadoras que no dejan margen al tradicional método racional cartesiano en materia de economía, que es echarle la culpa a los demás: el consumo per cápita de vino ha bajado en un 60% en seis décadas, una proporción que, aún así, palidece frente a China, que se suponía que iba a ser el futuro del sector, pero donde el consumo per cápita ha caído a la mitad en diez años.

Fuente: https://www.elmundo.es/economia/macroeconomia/2025/12/20/6945a4cbe85ece4a728b45b3.html

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