Redacción The Conversation
Cuando se piensa en la Edad Media europea, a menudo se piensa en pobreza extrema, superstición y oscuridad. Pero la realidad del período de 1000 años, del 500 al 1500, fue mucho más compleja. Esto es especialmente cierto al considerar a los campesinos, que constituían aproximadamente el 90% de la población .
A pesar de su arduo trabajo, los campesinos tenían bastante tiempo libre. Si sumamos los domingos y los numerosos días festivos, aproximadamente un tercio del año estaba libre de trabajo intensivo. Las celebraciones eran frecuentes y se centraban en festividades religiosas como la Pascua, Pentecostés y los días de los santos.
Pero la más larga y festiva de estas fiestas era la Navidad.
Como profesor de historia medieval , puedo asegurarles que la creencia popular de que la vida de los campesinos era poco más que miseria es errónea. Disfrutaban de una vida social plena —quizás más rica que la nuestra—, comían bien, celebraban con frecuencia y tenían familias como las nuestras. Para ellos, las festividades no empezaban en Nochebuena ni terminaban en Año Nuevo.
La fiesta apenas comenzaba.
La vida cotidiana en un pueblo campesino
Un campesino no era simplemente una persona de clase baja o pobre. Era, más bien, un agricultor de subsistencia que debía a sus señores una parte de los alimentos que cultivaba . También aportaba mano de obra, que podía incluir la construcción de puentes o el cultivo de las tierras del señor.
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A cambio, un señor proporcionaba a sus campesinos protección contra bandidos e invasores. También impartía justicia mediante un sistema judicial y castigaba a quienes cometían robos, asesinatos y otros delitos. Normalmente, el señor vivía en la aldea o en sus alrededores.
Los campesinos vivían en el campo, en aldeas que abarcaban desde unas pocas casas hasta varios cientos. Las aldeas contaban con hornos comunales, pozos, molinos de harina, cervecerías o tabernas, y herreros. Las casas se agrupaban en el centro de la aldea, a lo largo de una calle de tierra, y estaban rodeadas de tierras de cultivo.
Para los estándares actuales, la casa de un campesino era pequeña ; en Inglaterra, el promedio rondaba los 65 metros cuadrados (700 pies cuadrados). Las casas podían estar hechas de turba, madera, piedra o de barro , una construcción muy similar al torno y yeso, con techos de vigas cubiertos de paja. Las casas tenían puertas principales, y algunas, traseras. Las ventanas estaban cubiertas con contraventanas y, en raras ocasiones, con vidrio. Aparte de la chimenea, solo el sol, la luna, una lámpara de aceite o una vela proporcionaban luz.
Hábitos de sueño extraños y sexo sin privacidad
El día estaba determinado por las estaciones y la luz solar. La mayoría de la gente se levantaba al amanecer o un poco antes; los hombres salían a sus campos poco después para cultivar cereales como el trigo y la cebada. Las mujeres trabajaban en el hogar y el jardín, cuidando a los niños, los animales y las huertas, además de hilar, coser y cocinar. Los campesinos no tenían reloj, así que una receta podía recomendar cocinar algo durante el tiempo que se tardaba en rezar el Padrenuestro tres veces .
Alrededor del mediodía, la gente solía hacer una pausa y disfrutar de su comida más copiosa , a menudo una sopa o un guiso. Comían cordero y ternera, además de queso , repollo, cebolla, puerros, nabos y habas. El pescado, en particular el de agua dulce, también era popular. Todas las comidas incluían pan.
La cerveza y el vino eran componentes principales de la comida. Para nuestros estándares, los campesinos bebían mucho , aunque la graduación alcohólica de la cerveza y el vino era menor que la de las versiones actuales. Solían echarse una siesta antes de volver al trabajo. Por la noche, comían algo ligero, quizás solo pan, y socializaban un rato.
Se acostaban pocas horas después de que oscureciera, así que el tiempo que dormían dependía de la estación. En promedio, dormían unas ocho horas, pero no consecutivas . Se despertaban después de un «primer sueño» y rezaban, tenían relaciones sexuales o charlaban con los vecinos durante entre media hora y dos horas, y luego volvían a dormir durante unas cuatro horas más o menos.
Los campesinos no tenían privacidad como la conocemos; a menudo todos dormían en una gran habitación. Los padres hacían el amor mientras sus hijos dormían cerca. Las parejas casadas compartían la cama, y uno de sus hijos menores podía dormir con ellos, aunque los bebés usaban cunas. Los niños mayores probablemente dormían de a dos en cada cama.
Soñando con una Navidad medieval
La vida ciertamente no era fácil. Pero los lapsos de tiempo para el descanso y el ocio eran envidiables.
Hoy en día, muchas personas comienzan a pensar en la Navidad después del Día de Acción de Gracias, y cualquier tipo de espíritu festivo desaparece a principios de enero.
En la Edad Media esto habría sido algo inaudito.
El Adviento , el período de anticipación y ayuno que precede a la Navidad, comenzó con la fiesta de San Martín .
En aquel entonces, se celebraba 40 días antes de Navidad; hoy, es el cuarto domingo anterior. Durante este período, los cristianos occidentales observaban un ayuno; aunque menos estricto que el de la Cuaresma, restringía el consumo de carne y productos lácteos a ciertos días de la semana . Estos protocolos no solo simbolizaban la ausencia y la añoranza, sino que también ayudaban a prolongar la disponibilidad de alimentos tras el final de la cosecha y antes de que la carne estuviera completamente curada.
La Navidad en sí era conocida por sus festines y borracheras, y duraba casi seis semanas.
El 25 de diciembre seguían los Doce Días de Navidad , que culminaban con la Epifanía el 6 de enero , que conmemora la visita de los Reyes Magos a Jesús, María y José. Se intercambiaban regalos, a menudo en forma de comida o dinero, aunque esto era más común el día de Año Nuevo. Las aves de caza, el jamón, los pasteles de carne picada y los vinos especiados eran platos populares, ya que se creía que las especias ayudaban a calentar el cuerpo.
Aunque la Navidad celebra oficialmente el nacimiento de Jesús, estaba claramente asociada con las celebraciones precristianas que enfatizaban el solsticio de invierno y el regreso de la luz y la vida. Esto significaba que las hogueras, los troncos de Navidad y las decoraciones de hojas perennes formaban parte de las festividades. Según la tradición, San Francisco de Asís creó el primer belén en 1223 .
La Navidad terminaba lentamente, y el primer lunes después de Epifanía se llamaba » Lunes del Arado «, ya que marcaba el regreso a las labores agrícolas. El final de la temporada llegaba el 2 de febrero, llamado la Candelaria , que coincidía con la antigua festividad pagana de Imbolc. En este día , se bendecían las velas para el año siguiente, y se creía que cualquier adorno que quedara en pie corría el riesgo de ser infestado por duendes.
Hoy en día, mucha gente se queja del estrés de las fiestas: comprar regalos, viajar, cocinar, limpiar y pasar de una obligación a otra. Hay poco tiempo para hacerlo todo: el día de Navidad es el único día que muchos lugares de trabajo tienen que dar días libres.
Mientras tanto, estaré soñando con una Navidad medieval.