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Amor en sede olímpica | La Vanguardia

Entre el triunfo y la derrota hay tiempo para el querer

Beso viral.La voluntaria Marjorie Enya pidió matrimonio en el campo a la jugadora de rugby brasileña Isadora Cerullo en Río
 Dan Mullan – World Rugby / Getty

ENRIC TRÍAS / Barcelona / LA VANGUARDIA

“Flaca, ¿te querés casar conmigo, po favó?”. La esgrimista argentina Belén Pérez fue sorprendida con este mensaje escrito por su entrenador, Lucas Saucedo, cuando la atleta comparecía el lunes ante los medios para compartir sus impresiones tras quedar eliminada en la primera ronda de la competición de los Juegos Olímpicos de Tokio. Él hincó rodilla y convirtió la pena en una ocasión inolvidable en el que su amor primó ante la desdicha deportiva. “Decime que sí, mucha gente nos está mirando”, dijo el preparador antes de fundirse en un tierno beso con su alumna.

Prueba de que entre el espíritu de sacrificio y los duros entrenamientos también hay tiempo para el amor son las múltiples parejas que han surgido de la cita deportiva durante años. La pareja más famosa que han dado los JJ.OO. es la formada por Mirka Vavrinec y Roger Federer. En Sydney 2000, la tenista de entonces 22 años era parte del equipo de tenis suizo y allí coincidió con un novato Federer, de 18. “Pasamos dos semanas juntos, nos conocimos, y el día antes de partir nos besamos por primera vez. Ninguno sabía a dónde nos iba a llevar, pero aquí estamos veinte años después, casados y con cuatro hijos”, declaró él.

Roger Federer and his wife Mirka (Miroslava) Vavrinec attending the wedding of Pippa Middleton and James Matthews at St Mark'schurch in Englefield, Berkshire.
21 años.Federer y Vavrinec se despidieron de Sydney con un beso Andrew Matthews

Roger Federer y Mirka Vavrinec se conocieron en Sydney 2000 y siguen juntos dos décadas después

En el estadio de Maracaná, durante la ceremonia inaugural de Río 2016, la imagen del amor entre deportistas españoles la protagonizó el beso de Ignacio Martín, jugador del equipo español de rugby, a su esposa, la saltadora de longitud Juliet Itoya, aunque poco más se conoce de la relación de estos dos discretos atletas.

Los de Río serán unos Juegos recordados por ser de los más románticos entre las parejas españolas, pues el de Martín y Itoya no fue el único matrimonio que participó en ellos. La pareja de judokas Sugoi Uriarte y Laura Gómez se habían casado en València cuatro años antes de coincidir en Río, pero ambos fueron eliminados en los octavos de final de sus respectivas categorías. La expareja formada por la nadadora Mireia Belmonte –quien consiguió en Río aquel honroso bronce en los 400 metros estilos y sigue conspicua en Tokio– y el piragüista Javier Hernanz compartió algo más que el chándal del equipo olímpico en Río, pero se distanciaron en el 2019.

Track Cycling - Olympics: Day 11 Jason Kenny of Great Britain and his fiancee Laura Trott show their gold medals after both winning gold on the same day during the track cycling competition at the Rio Olympic Velodrome August 16, 2016 in Rio de Janeiro, Brazil. (Photo by Tim Clayton/Corbis via Getty Images)
Medallistas.Los Kenny, ciclistas los dos, suman 10 oros Tim Clayton – Corbis / Getty

Este año hay hasta 9 parejas olímpicas internacionales que coinciden en los Juegos. Entre ellos destaca el matrimonio de ciclistas formado por Laura y Jason Kenny, que entre ambos han logrado un total de 10 medallas de oro. Megan Jones y Celia Quansah, compañeras del actual equipo olímpico de rugby femenino de Gran Bretaña, mantienen una relación desde el inicio de la pandemia. Y también, dando visibilidad al grupo LGTBI+ en Tokio, compite la pareja holandesa Edward Gal y Hans Peter Minderhoud en doma clásica, representando a los Países Bajos.

Que el amor surge y se consolida en los JJ.OO. es una realidad desde los orígenes de la cita. Este año, la villa olímpica de Chuo Ward acogerá a más de 10.000 atletas y personal durante los Juegos, pero, por lo atípico de esta convocatoria, donde se intenta que prime la distancia social entre los participantes por el coronavirus, se prevé que sea el encuentro con menos contactos entre deportistas. Será la primera vez desde Seúl’88 que no se repartan preservativos entre los atletas, en cambio se distribuirán cuando los atletas abandonen Tokio para seguir concienciando sobre la lucha contra el VIH.

Cuerpos atléticos con meses de tensión acumulada listos para celebrar victorias o ahogar penas por las derrotas, si hacen caso a la organización, tendrán que conformarse este año con ligar por Tinder.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/gente/20210728/7629307/amor-sede-olimpica.html

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