Los Periodistas

¿Cómo defendernos y responder positivamente ante esta realidad caótica?

Por Fernando Manzanilla Prieto

Ante esta realidad caótica que estamos viviendo, que por momentos parece cambiar solo para complicarse más, la pregunta que nos hacemos todos los días es ¿qué podemos hacer para no doblegarnos? ¿Qué hacer para mantenernos firmes ante la desesperación y la angustia?

Porque entre la pandemia, que sigue siendo una amenaza real, los problemas económicos, que apenas están cediendo, y la situación de inseguridad que vivimos cada vez que salimos a la calle, la realidad es que todas y todos, estamos viviendo momentos complicados, psicológicamente hablando.

Los niveles de ansiedad, depresión y estrés están por los cielos y los índices de suicidio, disparados. Muchos no pueden dormir y todo el tiempo están de mal humor. Las personas explotan con facilidad y solo la adrenalina al límite produce cierto alivio momentáneo.

De acuerdo con un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), para el caso de México, antes de la pandemia la ansiedad se presentaba en el 15% de la población, mientras que ahora 30% presentan este tipo de episodios. La depresión, que antes se presentaba solo en el 3% de las personas, ahora afecta al 27% de la población. El mismo reporte señala que, de los 37 países que integran la OCDE, México es el que mayor aumento porcentual mostró en estos dos padecimientos mentales.

De igual forma, todos los estudios y encuestas muestran un peligroso incremento en los niveles de estrés de la población que ha estado laborando desde casa, pero también de la que tiene que trasladarse a su centro laboral. Pero lo más preocupante, sin duda, son las cifras sobre incremento de suicidios. De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población, la pandemia ha provocado un incremento en la tasa de suicidio entre jóvenes de 15 a 29 años, al pasar de 9.3% a 15.1%.

Por su parte, la Fundación Sak, reporta que durante la pandemia los ingresos a servicios de urgencias de hospitales siquiátricos registraron un incremento de 40% en personas que intentaron suicidarse. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Covid-19 2020, los intentos de suicidio se incrementaron de 3.9 a 6% entre adolescentes. La encuesta también alerta que el pensamiento suicida en este sector de la población pasó de 5.1 a 7% durante la pandemia. Recordemos que el suicidio es la segunda causa de muerte en adolescentes en nuestro país.

¿Cómo podemos lidiar con todo esto? La verdad es que la única forma de enfrentar el caos y la presión es concentrándonos en nuestro bienestar interior. Puede sonar trillado, pero no hay de otra: tenemos que aprender a responder de manera inteligente al estrés y la ansiedad. Y la mejor manera de hacerlo es cuidando nuestra salud y nuestra paz interior, cuidando nuestro cuerpo y nuestra mente.

No solo me refiero a hacer ejercicio y alimentarnos bien, sino, sobre todo, a ejercitarnos también en lo espiritual, es decir, a alimentar de manera adecuada nuestra mente con pensamientos positivos. Con actitudes proactivas y con una visión optimista y esperanzadora ante el futuro. Existe amplia evidencia científica de que, al hacerlo, aumentan las emociones positivas y el nivel de satisfacción con nuestra vida, a la vez que disminuye el estrés, la ansiedad y la depresión.

La meditación, por ejemplo, aumenta nuestra inteligencia emocional y al comenzar a encontrarnos con nosotros mismos, se reduce la sensación de soledad. Meditar nos permite desarrollar la capacidad de evitar ahogarnos en un vaso de agua y alterarnos por cosas menores o intrascendentes. Es decir, nos permite ver las cosas desde su lado positivo, como una forma de higiene mental verdaderamente necesaria para afrontar determinadas situaciones en el trabajo y en la vida en general.

En, fin, en estos tiempos apocalípticos, nuestro mejor aliado para salir adelante somos nosotros mismos, nuestra fortaleza interna. El factor clave para que mejoren las cosas, está en uno mismo y depende de cada uno de nosotros tomar la determinación de vivir en armonía con nuestro entorno. Tomemos la decisión ya.

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