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El efecto martes y 13: por qué da mala suerte creer en la mala suerte | Bienestar

Las supersticiones alientan la llamada «profecía autocumplida» que hace que pongamos el foco solo en aquello que confirma nuestra tesis negativa inicial

Agenda abierta por la página del martes, 13 de agosto. r. a.

Raquel Alcolea / Bienestar / ABC

Este segundo martes y 13 de 2024 (ya vivimos uno en febrero) revive los fantasmas de las personas que sufren trezidavomartiofobia, es decir, fobia al martes y 13. Un trastorno que, según explica la psicóloga Zoraida Rodríguez tiene que ver con la necesidad de predictibilidad y control, el apego a la seguridad, el intento de eludir responsabilidades, el sesgo confirmatorio y la profecía autocumplida.

Aunque en líneas generales todos parecemos necesitar vivir en un mundo predecible, con un cierto orden y unas ciertas reglas que explican por qué pasan las cosas y a qué debemos atenernos en cada momento, el problema puede darse, según aclara la psicóloga, cuando se configuran asociaciones con las que creamos una correlación ilusoria aunque no tengan ningún tipo de consistencia científica. Aquí podrían enmarcarse todo tipo de supersticiones: «como hoy es martes y 13 todo me va a ir mal», «si se me cruza un gato negro, tendré mala suerte», «como se me ha roto el espejo ahora tendré siete años horribles»…

Y es precisamente esta correlación ilusoria la que nos lleve, según alerta la psicóloga, a la llamada profecía autocumplida, que es la que, de alguna manera, la que nos puede llevar a condicionarnos a nosotros mismos: «Ante una situación que creo que da mala suerte, puedo ser yo mismo quien me provoque una serie de desgracias o de desatinos», explica la psicóloga, quien indica que el mecanismo sería el siguiente: «Si activo el pensamiento de que algo me va a dar mala suerte, eso me provoca una emoción como los nervios o el miedo y es esa emoción la que puede dar lugar a una conducta (torpeza, despiste o falta de atención, por ejemplo) y que sea eso en realidad lo que pueda hacer que se produzca un hecho negativo», aclara.

Pero además de ese fenómeno de profecía autocumplida lo que está detrás de algunas supersticiones es la necesidad de control y de seguridad que tienen algunas personas y que les hacen sentir que cuanto más control creen que tienen, más seguros se sienten. Esto sucede especialmente en las situaciones estresantes, que es cuando nos intentamos aferrar a algo que nos tranquilice. De ahí que también las personas supersticiosas hagan uso a menudo de elementos como objetos fetiche, amuletos o actuaciones repetitivas.

Otra conducta que tiene que ver con las supersticiones es la posibilidad de eludir responsabilidades. Las frases del tipo «Si lanzo esta bola de papel a la papelera y hago canasta, le digo que se venga este fin de semana a conocer a mis padres» son aparentemente absurdas pero lo que esconden es esto: «Si algo nos sale mal y lo podemos achacar al azar, a la mala suerte o la acción de otros, no quedamos expuestos al fracaso propio o a nuestra falta de acción o poca seguridad o a la acusación de los demás», aclara Rodríguez.Noticias Relacionadas

Y una vez que a través de la profecía autocumplida, la sensación de control y la elusión de la responsabilidad hemos creado nuestra regla supersticiosa («martes y 13 trae mala suerte») la mente buscará todo aquello que confirme la regla y descarará o quitará importancia a aquello que haga que no se cumpla. Se trata por tanto, de un sesgo confirmatorio. El problema de esto, según indica la psicóloga, es que cuando uno se autoconvence de que va a pasar algo malo, es probable que así esté condicionando su comportamiento.

Cómo trata la psicología las supersticiones

Para actuar frente a estas supersticiones y comenzar un tratamiento para superarlas, la psicóloga Zoraida Rodríguez (@zrpsicologia) revela que suelen emplearse fórmulas similares a las que se plantean en los casos de trastorno obsesivo compulsivo . «Primero se trabaja con la exposición (para que comprenda que no pasa nada si ese día no hace un gesto concreto o no lleva un amuleto, por ejemplo). Después se complementa con técnicas de relajaciónconfianza y pensamiento racional», explica.

Por su parte la psicóloga Paloma Rey (@palomareypsicologia) comenta que puede resultar útil para esas personas que comiencen a pensar de forma objetiva cuestionando la veracidad de sus pensamientos buscando otros que sean alternativos y explorando pruebas que ayuden a contrarrestar la irracionalidad de las supersticiones. Igualmente para evitar episodios de ansiedad la especialista aconseja una exposición progresiva y con la ayuda de un profesional que le permita establecer objetivos alcanzables y contrarrestar así la creencia irracional que se esconde tras la superstición.Noticias Relacionadas

Supersticiones más arraigadas

La relación entre el número 13 y la mala suerte es una de las más populares y sigue aún bastante extendida. Prueba de ello es que en algunos aviones no hay fila 13 ni asiento número 13 para evitar que algunas personas se sientan obligada a asumir ese supuesto riesgo. Incluso en algunas ciudades no hay decimotercera avenida y en algunos hoteles y apartamentos tampoco aparece el número 13.

En cuanto a su origen algunas fuentes citan que la fobia al número 13 tiene que ver con la última cena de Jesucristo (al traidor, Judas, se le asigna el número 13). Otros citan el tarot (pues la carta de la muerte es el 13), o incluso al Apocalipsis, el último libro del Nuevo Testamento (pues el 13 es el capítulo dedicado al Anticristo). También en la Cábala se enumeran 13 espíritus malignos y en las leyendas nórdicas, en el antiguo Egipto y la Edad Media se pueden encontrar esta relación del número 13 con sucesos desafortunados. Valga como dato que un martes y 13 cayó la ciudad de Constantinopla (actual Estambul) en el año 1453.

Otras supersticiones muy extendidas tienen que ver con que encontrarse con un gato negro es sinónimo de que algo malo va a suceder; con que pasar por debajo de la escalera se relaciona con atraer la mala suerte; con que verse en un espejo roto implica que se tendrá mala suerte durante los próximos siete años; con que barrerse los pies es un mal augurio para las personas en edad casadera pues implica que nunca vayan a consumar el matrimonio, y que al hecho de brindar con agua se le atribuye un mal deseo para las personas con las que se brinda. Igualmente se dice que poner el pan boca abajo atrae la mala suerte y que pasar la sal de mano en mano también se cree que atrae malos designios por lo que los supersticiosos suelen posarla antes en la mesa.

Fuente: https://www.abc.es/bienestar/psicologia-sexo/psicologia/efecto-martes-mala-suerte-creer-mala-suerte-20240813043417-nt.html

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