Taylor Swift ha consolidado su hegemonía en el pop global con una gira muy ambiciosa que esta semana llega a Madrid

Taylor Swift, durante su concierto en Lisboa, el pasado viernes. ANDRE DIAS NOBRE AFP

Pablo Gil / Emilio Amade / Juan C. Sánchez / Álvaro Matilla / Texgto Madrid / Gráficos Madrid / El Mundo

Es mucho más que un concierto: un show que incorpora elementos de un musical de Broadway, de una retransmisión televisiva y de un vídeo de TikTok, que en sus momentos más grandilocuentes alcanza la épica de una ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos y que en cada salto de ciudad provoca una sacudida en la corteza terrestre.

La gira The Eras Tour de Taylor Swift es ahora mismo el mayor espectáculo del mundo (el más caro, el más deseado, el más rentable, el más instagrameado, el más relevante) y está marcando el camino de los grandes conciertos del futuro: conciertos realmente excepcionales y diferenciales.

La revista de referencia en el negocio de la música en directo, Pollstar, calculó en diciembre que la gira de Taylor Swift ya era la primera en superar los mil millones de dólares de ingresos. ¡Y eso que aún no había completado ni la mitad de su recorrido! En aquel momento, la talentosa artista estadounidense había ofrecido unos 60 conciertos en ocho meses: cuando The Eras Tour finalice en el próximo mes de diciembre, tras 152 conciertos, es previsible que la milmillonaria cifra de ingresos se haya duplicado. Y lo hará con otro récord aún más importante: pese a que se trata de un espectáculo muy costoso, cada actuación reporta unos beneficios netos de más de 15,6 millones de euros. Por ejemplo, es tres veces más de lo que recauda Bruce Springsteen en cada actuación, según la estimación de Pollstar. Y a todo ello se suma el merchandising, que a mitad de gira ya suponía más de 200 millones de euros.

El miércoles 29 y el jueves 30, la gira del año llega además a un espacio fastuoso… pero incierto. El Santiago Bernabéu nunca fue un buen recinto para los conciertos por su acústica mediocre, con mucha reverberación y mala distribución del sonido, lo que provocaba que la música perdiera nitidez y brillo. El Real Madrid afirma que esos problemas se han corregido con la obra de los últimos años y que han posicionado al campo de Chamartín como uno de los estadios más deseados de Europa para acoger espectáculos.

Sin embargo, la promotora de Taylor Swift en España, la bilbaína Last Tour, ha mostrado su preocupación tras las protestas de parte del público en el concierto del pasado día 18 por el centenario de Telefónica, en el que actuaron Alejandro Sanz, Hombres G y Ana Mena. Como adelantó EL MUNDO, las alarmas se han encendido por la pobre calidad del sonido que se sufrió en las zonas altas del graderío. Desde luego, la producción de Swift es una de las mejores del mundo, pero la duda se mantiene.

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De lo que no hay ninguna duda es del espectáculo mismo, que es casi exactamente igual cada noche, y que cada noche provoca la absoluta satisfacción de los asistentes. Taylor Swift ha concebido esta gira como un show gigantesco con el que recompensar la fidelidad de su público. Es una de las grandes paradojas de The Eras Tour, que pese a ser una gira para complacer a sus fans, ha despertado el interés de muchísima gente que hasta ahora no seguía la carrera de la artista. En una carambola magistral, está fidelizando a su público cautivo y al mismo tiempo conquistando nuevo público hasta alcanzar un estatus global.

Otra paradoja: este no es el tour mundial de presentación de un nuevo disco, sino de cinco discos. La última vez que Taylor Swift salió de gira fue en 2018. Desde entonces, la increíblemente prolífica y tenaz artista ha grabado cinco álbumes, el último de ellos doble: Lover (2019), Folklore (2020), Evermore (2020), Midnights (2022) y The Tortured Poets Department, publicado hace un mes. Además, en ese periodo ha regrabado íntegramente sus anteriores discos FearlessRedSpeak Now y 1989 y ha recuperado así la propiedad de los masters, en una de las luchas más importantes de un artista por poseer los derechos sobre su música en el pop moderno. A todo ello se suma que en España solo ha actuado una vez en toda su carrera; fue en el Palacio de Deportes de Madrid en 2011. De modo que no, esta no es una gira rutinaria de presentación de un nuevo disco.

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¿Saben esa sensación de volver a casa de un concierto lamentando que no haya sonado esta o aquella canción? Es difícil que les pase tras estos conciertos. Suenan un total de 45 canciones durante tres horas y cuarto, un absoluto aluvión de música en el que están representados todos sus álbumes de estudio salvo el primero, que se publicó cuando tenía 16 años.

El espectáculo se estructura en 10 bloques (las eras del nombre de la gira), uno por cada disco excepto el que fusiona Folklore Evermore, pero no están ordenados de manera cronológica, sino dando saltos adelante y atrás en el tiempo. Cada fase tiene su escenografía y vestuario, y dentro de cada una hay canciones para bailar, medios tiempos y baladas, temas optimistas y otros heridos, pop y canción de autor, y todo ello forma un inmenso arco narrativo en el que destacan la primera hora, con la explosividad de LoverFearless Red, y la recta final con lo más novedoso, el repertorio de The Tortured Poets Department, las dos canciones sorpresa de cada noche y Midnights.

El escenario principal es una inmensa pantalla curva que se proyecta hasta el centro del estadio por medio de una pasarela que tiene dos espacios, un rombo en el centro y una parte final rectangular que forma una T. ¿Luces de láser, fuegos artificiales, humo, plataformas hidráulicas, bailarines, coristas, proyecciones, cañones de confeti, chorros de fuego? Todo.

Solo un recordatorio final: Taylor Swift no solo es compositora y coproductora de sus canciones, sino que es la productora de la gira y de la película del concierto que el año pasado recaudó 261 millones y que se puede ver en Disney+.

Fuente: https://www.elmundo.es/cultura/musica/2024/05/26/6650e144e85ecec84d8b4590.html

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