“No te quites el sayo, hasta el 40 de mayo”
Por Jesús Manuel Hernández
Madrid, España.- Dos importantes subastas acaparan las páginas de arte y estilo de los diarios españoles estos días, una relacionada con la obra no conocida de Diego Velázquez, no clasificada, no autorizada, pero con un sello impecable. El Estado Español ha comunicado a los subastadores la categoría de “inexportable” del cuadro conocido como “Retrato de una Niña”, cuya partida en la subasta alcanzó lo 8 millones de euros.
En medio de las reservas del caso, el cuadro de Velázquez se presentó en puja bajo el aval de Richard de Willermin, un experto en estos temas, contratado por Abalarte, la casa especializada en subastas de piezas de arte pictórico y escultórico, el cuadro está precedido de misterio, los últimos cien años ha permanecido en posesión de la misma familia, pero los siglos anteriores, no se sabe nada de dónde pudo estar.
Al conocerse de su presencia en la lista de subastas del pasado viernes, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, emitió una Orden Ministerial, con los términos “expresamente y como medida cautelar” la obra es “inexportable”, debido a ser un bien de “gran interés” para el patrimonio cultural del país, dicho de otra forma, Retrato de una Niña no podrá abandonar territorio español.
El cuadro atribuido a Velázquez fue pintado en 1617, en él se ve a una niña mirando al espectador con las manos en actitud de oración, vestida con una saya marrón, una blusa blanca de la cual sobresale el cuello adornado con un corbatín en forma de una cruz y detenido por un broche con una piedra preciosa enmarcada en un rombo y de donde pende un colgante con algo parecido a una perla, y un mantón de color verde enrollado en la cintura y detenido por el brazo izquierdo. Los aretes, se ve mejor el de la oreja derecha, hacen juego con el broche, los labios, pequeños y rojos, la mirada seria, los ojos grandes, redondos, parecen reflejar la tristeza y la resignación de sus pensamientos.
Hace unos días el Retrato de una Niña, de 57,5 x 44 centímetros, alcanzó la cifra de 9.3 millones de euros luego de escucharse la voz en la sala de subastas pronunciando la palabra: ¡Adjudicado!
La identidad del comprador se desconoce, tiene hasta 10 días para pagarlo, pero el Estado Español, al condicionar su adquisición tiene un poco más, hasta 18 meses para hacerse de él.
Zalacaín se había sorprendido de la oferta superior a los 9 millones de euros, pero sin duda obtener un bien así constituye además una inversión a largo plazo, un asunto bastante practicado en Europa sobre todo por las experiencias dejadas de las crisis económicas de las guerras. Y, al fin y al cabo, es un Velázquez, es una pieza única.
Otra subasta menos cuantiosa resulta interesante para los amantes del whisky con dinero suficiente para competir por una colección de The Macallan, el escocés single malt con arraigo entre los españoles en la última década.
Se trata de una producción especial culmen de un trabajo iniciado hace unos diez años entre la bodega escocesa y la fábrica de cristalería fina Lalique para embotellar una serie de ediciones limitadas bajo el título “Seis Pilares”. Los decantadores se denominan “The Legacy Collection”, dentro llevan seis single malts de 50 y 65 años y han sido subastadas en Hong Kong por la casa Sotheby’s.
El comprador se ha llevado una caja de ébano con un Exceptional Oak Cask de 50 años, un Natural Colour, 55 años; una botella de Finest Cut de 57 años; un Curiously Small Stills de 60 años; un Spiritual Home, de 62 años; un Peerless Spirit de 65 años; y dos botellas de 5 centilitros de cada Fine & Rare de los años 1937, 1938, 1939. Y por supuesto 12 vasos Macallan Lalique Dinastía.
La producción de The Macallan Fine and Rare es la más exclusiva de la casa, se inició en 1926 y cada año se liberan muy pocas botellas, el single malt de esa clasificación adquiere por sí solo precios muy elevados y lo pueden adquirir sólo quienes se han inscrito para ser escogidos entre los compradores. Tan sólo hace unos diez años un sudcoreano pagó 75 mil dólares por una botella de 1926 cuya procedencia no era muy clara.
La bodega escocesa tiene actualmente una sola botella de este emblemático año, 1926, se le considera una joya. No hace mucho la destilería Macallan recibió una oferta de un millón de euros por ella, la respuesta fue negativa, “este whisky no tiene precio”, decía el texto enviado a los compradores. Así la cosecha 1926, embotellada de la barrica número 263 con un malta de 60 años permanecerá sin abrir.
Quien adquirió esta última colección ha permanecido en el anonimato, pero la cantidad pagada no, 993 mil dólares contantes y sonantes. Por suerte los beneficios de la subasta no son privados, las utilidades serán destinadas a cubrir necesidades de varios grupos sociales desprotegidos en alimentación, empleo y salud.
Zalacaín continuó su paseo matutino en busca del programa para celebrar el cuarto centenario de la Plaza Mayor de Madrid, el espacio de mayor demanda turística y cultural, ese cuadrado de 129 metros de largo por 94 de ancho, desde sus 377 balcones se han observado corridas de toros, ejecuciones públicas, actos públicos civiles y religiosos, como autos de fe o la beatificación de san Isidro Labrador como patrón de la ciudad, carnavales, lectura de edictos, conciertos y hasta asados argentinos a principios de este año.
En fin, mayo es el mes de las fiestas de Madrid, y Zalacaín continuó su paseo pensando si se cumplirá este año la sentencia “no te quites el sayo, hasta el 40 de mayo”.
elrincondezalacain@gmail.com