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Dependencia emocional: cómo destruir los vínculos tóxicos | ABC

La persona dependiente vive una merma constante de su autonomía y llega incluso a renunciar a sus derechos y necesidades en esa búsqueda de la aprobación externa

Dependencia emocional: cómo destruir los vínculos tóxicos. Adobe Stock

MELISSA GONZÁLEZ / ABC

El apoyo emocional es uno de los grandes beneficios de tener relaciones. Enfrentarse a desafíos de la vida o estrés bajo el paraguas de seres queridos que ofrecen empatía y consuelo escuchando nuestros problemas y validando nuestros sentimientos es además una de las suertes de la vida.

Es normal buscar apoyo y orientación emocional en la pareja, familia o amigos especialmente cuando se tiene confianza, pero la dependencia emocional, sin embargo, sobrepasa ese punto de apoyo.

Definiendo la dependencia emocional

Por tanto, la dependencia emocional es la necesidad excesiva de recibir afecto, atención y aprobación de otros. Esta definición de dependencia emocional puede aplicarse a distintas áreas de la vida, desde la relación de pareja, a la familia, los amigos y el trabajo. Según explica la directora técnica de Origen, Pilar Conde, este patrón de comportamiento depende de la personalidad de cada persona y de la gestión de sus experiencias.

Puede aparecer en la infancia, pero no tiene por qué mantenerse en la vida adulta. «Se puede tratar y, de hecho, es una demanda habitual en las consultas terapéuticas, dado que tiene un impacto directo en cómo se establece la autoestima, así como en las relaciones de pareja en la edad adulta», explica la experta.Noticias Relacionadas

Lo que da la dependencia

La dependencia total de otra persona puede eventualmente afectar a la relación y al bienestar general porque la relación con los demás se rige por la idea de sentirse seguro acerca de su capacidad de ser amado y por una fuerte necesidad de estar seguro acerca de los sentimientos que la otra persona pueda tener hacia usted. Por lo tanto, te sientes especialmente ansioso si envías un mensaje a tu pareja y ella no responde de inmediato.

Esto crea un gran desequilibrio entre tu relación contigo mismo y con la otra persona, ya que «la pones en un pedestal y piensas que es indispensable para tu vida». Consideras a tus seres queridos, ya sea tu familia o uno de tus amigos, con el control sobre tu vida. Por tanto, el otro es quien también tendrá control sobre nuestros estados emocionales y los determinará.

La persona dependiente vive una merma constante de su autonomía y llega incluso a renunciar a sus derechos y necesidades en esa búsqueda de la aprobación externa: «Al depender de la aprobación y validación ajenas, la percepción de la propia capacidad personal se ve disminuida, por lo que la construcción de la personalidad puede construirse en conceptos más negativos, en un retraso en la toma de decisiones, así como en una menor atribución de los éxitos a sus propias capacidades».

Síntomas de dependencia emocional

¿Cómo acabar con estos lazos tóxicos? Lo primero es reconocer que se es dependiente de alguien, es decir, identificar los desencadenantes de la dependencia y sus patrones de comportamiento. Desde Origen identifican cinco síntomas habituales:

1. Percibir dificultades a la hora de tomar decisiones y darse cuenta de que para ello se busca la aprobación de los demás.

2. Sentir temor a expresar las propias necesidades para evitar un conflicto con el otro, ya sea en la relación de pareja, de amistad o en el seno de la familia.

3. Limitar el contacto o incluso dejar de ver a personas habituales del entorno cercano para pasar el mayor tiempo posible con la pareja.

4. Sentir preocupación excesiva por la opinión ajena.

5. Intentar agradar a los demás con las expresiones y decisiones propias.

6. Tener baja autoestima y sentimiento de inseguridad.

Una vez que la persona se ha reconocido en todos o la mayoría de estos síntomas (existen otros como, por ejemplo, el miedo a la soledad o los celos), y, dependiendo del grado, la dependencia emocional se puede trabajar. El cambio puede realizarse solo o con ayuda, aunque desde Origen recuerdan que el apoyo profesional resulta necesario en muchos casos.

«El refuerzo de la autoestima es el segundo paso. Se trata de que la persona dependiente sea capaz de reconocer su valía, méritos y esfuerzos sin apoyarse en opiniones ajenas. Hablarse con amabilidad, practicar la autocompasión o desarrollar aficiones y hobbies pueden contribuir en este estadio», recalcan los expertos.

La toma de decisiones será un refuerzo más que positivo de la autoestima, así como la expresión libre de las opiniones propias. Ambos aspectos dentro de una comunicación asertiva sin temor al rechazo o la crítica de los demás.

Otro consejo en el que inciden desde Clínicas Origen es el esfuerzo en cambiar patrones tóxicos con el fin de recuperar actividades y relaciones abandonadas, por ejemplo, para estar con la pareja o porque, simplemente, no gusta a miembros de la familia. En este sentido, Pilar Conde recomienda poner límites, con el fin de lograr el respeto y el equilibrio entre cada persona y su entorno.

Fuente: https://www.abc.es/bienestar/psicologia-sexo/psicologia/dependencia-emocional-destruir-vinculos-toxicos-20240903170805-nt.html

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