Especialistas y organizaciones defensoras de la infancia urgen tanto el refuerzo de medidas en los planteles educativos como la vacunación a todos los menores para protegerles de la nueva cepa del COVID-19

Fotografía de archivo de una profesora que toma la temperatura a un alumno durante el regreso a clases del preescolar Carrusel Mágico, en la ciudad de León, estado de Guanajuato (México). EFE/ Luis Ramírez

ALICIA MIRELES / INFOBAE

México inició el año encarando el desafío creciente que representa la última variante conocida del COVID-19, de nombre Ómicron. Se especula que es menos peligrosa que sus antecesoras, aunque no está comprobado. De lo que sí se tiene certeza es que es más contagiosa. Los tres récords de casos registrados diarios -con todo y que es uno de los países que menos pruebas hace- respaldan la advertencia. Con todo y eso el gobierno ha decidido seguir adelante con el regreso a las clases presenciales. Y más allá de las críticas o el apoyo a tal decisión, lo apuntan especialistas es el riesgo de tener a los estudiantes en las aulas sin las medidas sanitarias (y de protección) que ello amerita.

En menos de una semana el país registró tres récords de reporte de contagios diarios. El último fue este 12 de enero, con 44 mil 187 casos. Y eso sin contar el subregistro. Aún así las autoridades no ven señal de alarma para el regreso a los planteles. La alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, dijo que ante la llegada de Ómicron no ve necesario suspender en este momento las clases. El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) redujo la cepa un “covidcito”, que no representaba ningún riesgo. El secretario de Salud, Jorge Alcocer, indicó que a los niños les bastaba con “VicVaporub y paracetamol” para tratarse el contagio. Y días antes, el subsecretario de Salud y cara pública de la estrategia nacional contra el COVID-19, Hugo López-Gatell, descartó por el momento algún esfuerzo por vacunar a los menores de 15 años, alegando que no era una sector de riesgo.

Pero la comunidad científica opina lo contrario. Y en pleno auge de Ómicron las alertas desde ese sector se intensifican. Aunque más allá de aconsejar que se suspenda el regreso a las aulas, las incesantes peticiones para hacerlo se reducen prácticamente a dos: proporcionar el ambiente y los protocolos necesarios para un regreso a clases seguros y la vacunación de los menores.Fotografía de archivo en la que se observa a un grupo de estudiantes y profesores de regreso a clases presenciales, en la ciudad de Zapopan, estado de Jalisco (México). EFE/ Francisco Guasco
Fotografía de archivo en la que se observa a un grupo de estudiantes y profesores de regreso a clases presenciales, en la ciudad de Zapopan, estado de Jalisco (México). EFE/ Francisco Guasco

El regreso a las clases presenciales es “una misión suicida”, dijo consultada por Infobae Laurie Ann Ximénez-Fyvie, Doctora en Medicina por la Universidad de Harvard. Aunque señala que fue un error cerrar las escuelas desde principio de la pandemia, indicando que la actividad educativa tuvo que ser considerada como “actividad esencial’’, advierte que no se pueden tener las escuelas abiertas sin las medidas necesarias para disminuir los contagios en los planteles. “Las escuelas públicas no están acondicionadas con ventilación adecuada, con filtros… disponibilidad de cubrebocas de alto rendimiento para los alumnos… no se tiene una vigilancia de los contagios dentro del plantel”, advirtió.

La especialista puso como ejemplo el éxito de las estrategias implementadas desde el año pasado en lugares como Escocia o California, donde se realizan testeos semanales, aunque sea de manera aleatoria, a estudiantes y personal educativo, a fin de ubicar los contagios, contenerlos e impedir así la propagación del virus. “Si hay niños infectados en un plantel, hay que ir a buscarlos”.

El Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) recién reportó que, desde que azotó el SARS-CoV-2 en México, al menos 84 mil 447 menores han resultado positivos al virus. Y aunque en general se ha observado que los niños suelen contraer el virus de manera asintomática, eso no les quita el riesgo que tiene un contagio en adultos.Imagen de archivo. Un niño recibe desinfectante de manos mientras llega a la escuela primaria Ignacio Zaragoza luego de que las autoridades de Ciudad de México reanudaron las clases presenciales ante una tendencia a la baja en el número de infecciones y hospitalizaciones por COVID-19. Ciudad de México, México. 7 de junio de 2021. REUTERS / Luis CortésImagen de archivo. Un niño recibe desinfectante de manos mientras llega a la escuela primaria Ignacio Zaragoza luego de que las autoridades de Ciudad de México reanudaron las clases presenciales ante una tendencia a la baja en el número de infecciones y hospitalizaciones por COVID-19. Ciudad de México, México. 7 de junio de 2021. REUTERS / Luis Cortés

En primer lugar, porque los estudiantes no viven solos, es decir, al contraer el virus lo llevan a sus hogares donde solamente incrementan la cadena de contagio, además de exponer a personas vulnerables con las que tienen contacto. Por otro lado, recordó la especialista, aunque muchos sean asintomáticos, los menores no están exentos de desarrollar secuelas post Covid. “Aunque no se mueran, no se les puede simplemente dejar infectar”.

“El riesgo es el mismo” advertía a este medio, en mismo sentido, el Dr. Rodrigo Hiroshi González Luna, jefe del servicio de de alergia e inmunología pediátrica del Hospital Regional de Alta Especialidad “General Ignacio Zaragoza”, ISSSTE. “Eso de que los niños no se están enfermando o que no tienen riesgo de contagio, no es verdad”.

Ambos especialistas, junto con asociaciones como Tejiendo Redes Infancia o la Red por los Derechos de la Infancia en Mexico, han urgido una medida que consideran primordial ante este escenario: la vacunación de los menores contra el COVID-19.

Pero desde el gobierno federal lo descartaron. Al menos los menores de 15 años no representan hasta ahora una prioridad. Así los menores son alentados a regresar a las aulas sin que les sean propircionados, ni a ellos ni al personal docente, insumos del grado de protección que se amerita; sin un control que evite el surgimiento de brotes en las aulas; y sin vacunas que les resguarden de una afectación severa.

Fuente: https://www.infobae.com/america/mexico/2022/01/14/una-mision-suicida-omicron-el-record-de-contagios-y-el-regreso-a-las-clases-presenciales-en-mexico/

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