Por Jesús Manuel Hernández

El primer mes del año se ha terminado y en el país no se ven signos de recuperación. La enfermedad del Presidente López Obrador ha sido uno de los ingredientes de más peso para dejar ver lo que realmente pasa al interior de la administración donde “un solo hombre” es la pieza más importante en la lucha contra la corrupción, para la comunicación y la implementación de un estilo de gobierno denominado 4T.

La enfermedad presidencial vino a revelar las verdaderas condiciones, alcances y errores de las estrategias para combatir la pandemia. La escasez de vacunas ante la complicada demanda y la prioridad comercial y financiera de los laboratorios, se unieron a la aparición del libro “Un daño irreparable” de la doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, prometedor éxito de Planeta, cuyas preventas obligaron a la editora anunciar ya una segunda edición antes de aparecer la primera tan sólo ayer 30 de enero.

El exceso de información de López-Gatell, confrontado por un solo libro, una postura antagónica al parte oficial, simplemente significa que la sociedad no está convencida de la versión oficial, y la mejor prueba fue la enfermedad del Presidente.

Todo esto en el primer mes de tiempos electorales, donde las listas de los candidatos de partidos registrados lo mismo contemplan boxeadores que cantantes, actrices, Youtubers, luchadores y un largo etcétera que viene a demostrar primero el agotamiento de los cuadros políticos de los partidos, y segundo, que el Poder Legislativo, los “hacedores de leyes”, el contrapeso del Ejecutivo, será una escenario de vodevil…

En Puebla reaparecen figuras del pasado, Ana Tere, la única panista que enfrentó al morenovallismo en su tiempo, Humberto Aguilar Coronado, poseedor del currículum legislativo más completo; que harán campañas en el entorno de la alianza PAN/PRI/PRD, ese galimatías que recupera a candidatos como Jorge Stefan Chidiac, una especie de cacique del Distrito de Acatlán de orígenes oaxaqueños, y algunas novedades que darán qué decir o qué callar.

Y las estrategias para posicionar a partidos y candidatos están ya aplicándose, o en redes sociales o en la recuperación de viejas prácticas como en El Seco, un municipio con fuerte influencia y donde el proselitismo de MORENA está bajo sospecha, las despensas de apoyo a la gente, se recortan a la mitad y se embolsan con el logotipo del partido.

Así, aceite, leche, 3 kilos de arroz, 2 de frijol, 5 latas de atún, medio kilo de café, un jabón Zote, 8 bolsas de pasta para sopa y algo de papel de baño, se cambian por fotografías de la credencial del INE por ambos lados y el recibo de CFE.

Quizá la palabra del gobernador de no meter las manos en el proceso electoral, siga vigente, no esté en duda, pero los operadores, o lo desobedecen o se sienten protegidos.

Y esto, apenas empieza.

O por lo menos, así me lo parece.

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