Por Jesús Manuel Hernández

Hay un viejo refrán que dice: “cada uno habla de la feria según le va en ella”; intenta describir que las personas que van a una feria donde hay diversión, juegos de azar y demás distracciones tienen experiencias no siempre iguales, máxime cuando el punto de referencia es la pelea de gallos.

Algo similar puede decirse de quienes han enfrentado la experiencia de la vacunación contra el Covid-19 en Puebla, las primeras reacciones han dejado mal sabor de boca a muchos ciudadanos, electores potenciales el 6 de junio de este año.

Entre ellos al gobernador Miguel Barbosa, quien prácticamente se deslindó del “desorden”, según sus propias palabras.

Y es que los funcionarios estatales dan la cara ante las quejas de los ciudadanos y la delegación del Bienestar, tira la piedra y esconde la mano.

En las ferias de los Estados Unidos, a principios del siglo pasado, había un pasatiempo racista, ubicar a un hombre de raza negra sobre una plataforma o dentro de un marco, que podía moverse de un lado a otro y convertirse así en un “blanco móvil” al que le arrojaban pelotas, resultaba premiado quien lograba pegarle en la cara.

Y de ahí se originó aquella frase de “tírenle” o “péguenle al negro”.

Y este es el caso del Gobierno de Puebla, que dice no tener decisión en el asunto, de ahí el dicho del gobernador, que por tanto se ha convertido en el “negro de la feria”, todos le tiran y la verdad es que no es culpa del sector salud local la cantidad de desórdenes que se viven.

La experiencia permitió ver que hubo desde improvisación hasta cotilleo derivado de la desinformación sobre el cómo, cuándo y dónde de la vacunación.

El tema no es exclusivo de Puebla, en otras entidades se han visto cosas peores, como en Ecatepec, Estado de México, incluso en otros países hay caos de vacunación o por la escasez o por la estrategia de operación.

En Cholula los adultos mayores esperaron hasta 13 horas para ser vacunados. Ana Teresa Aranda divulgó una foto donde se le ve con cubre bocas y muchos ancianos atrás, en su cuenta de twitter escribió: “Yo a las 5:45 am. 9 horas y 45 min de espera.  Me pregunto, ¿@lopezobrador_ y su gabinete también esperarán 13 horas a la intemperie como tantos adultos mayores para vacunarse? ¿a qué no?”

El mensaje ha servido para denostar el desorden de la vacunación.

El cotilleo hizo lo suyo, varios poblanos convocaron a sus vecinos a ir a Cholula “ahí están vacunando” decían sus mensajes, y entonces se incrementó el caos. Otros recibieron llamadas, “en tal sitio tienen vacunas, no llegó toda la gente, vente”.

Hijos o nietos de adultos mayores hicieron fila y sacaron una “ficha” desde las 9 de la noche, esperaron a su familiar y lo dejaron formado a las 7 am donde el número ya era superior a los 500 presuntos beneficiados.

El Gobierno Federal lanzó una convocatoria hace varias semanas para “inscribirse” en el padrón de vacunación, se entregó un número de registro con base en el CURP y pidieron números telefónicos y un correo para “avisar” cuándo habría de presentarse el adulto mayor.

¿De qué ha servido la convocatoria si al final del día cada quien hace lo que quiere y los Servidores de la Nación aprovechan para convocar a escribirle al Presidente?

Lo que bien puede ser una operación de beneficio para la salud de los mexicanos, está en vías de convertirse en una “vacunación” contra Morena el 6 de junio.

O por lo menos, así me lo parece.

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