Por Jesús Manuel Hernández

Todos los gobernadores han tenido la tentación de controlar al presidente municipal de la capital de Puebla, ordenar sobre el cuerpo policíaco, las finanzas, las obras, los permisos, etcétera; pocos, contados con los dedos de la mano, han dejado al cabildo asumir el poder pleno y casi siempre el tema del dinero es el hilo más delgado.

En el pasado los candidatos a gobernadores cedían el primer trienio a un personaje local, pues casi siempre los aspirantes a gobernar eran fuereños o no avecindados en la ciudad.

Pero el segundo trienio, era el del gobernador, quien movía los hilos, enredaba o desenredaba la madeja a favor de sus intereses, de ahí que desde el segundo año del gobierno empezaba a proyectar a sus candidatos para sustituir al Presidente Municipal.

En la 4T no hay señales de que las cosas sean diferentes.

A todos les constan las enormes diferencias entre Miguel Barbosa y Claudia Rivera, un asunto que viene desde la elección de candidatos; Rivera representaba a los grupos originales fundadores de MORENA, Barbosa había migrado del PRD y por tanto no era bien visto por todos los “morenistas”.

Muchos recuerdan aún en la segunda campaña la intervención de Alejandro Armenta ante los tribunales electorales por no aceptar las encuestas que le dieron a Barbosa la candidatura, un asunto que no es muy lejano y el lodo ni siquiera se ha convertido en polvo.

En campaña Gabriel Biestro fue cercano a Barbosa, siendo ya gobernador lo ha mencionado varias veces, se ha referido a él públicamente como poseedor de un buen perfil cuando sale el tema del municipio de Puebla. Luego entonces a nadie sorprendió que el aún diputado levantara la mano en entrevistas bien preparadas para permitir su “destape”, precedidas de una campaña en redes sociales para “posicionarse” como “poblano” hablando de comida, calles, mercados, un perfil muy parecido al usado por Marcelo García Almaguer, curiosidades de la política y similitudes de los fuereños que quieren gobernar Puebla.

Pero he aquí que Alejandro Armenta, poblano, también ha levantado la mano, un político con arraigo en la entidad, quien fue incluso balconeado y presentado por el propio senador Barbosa cuando MORENA buscaba candidato a gobernador en la primera campaña.

Fue en el brindis de E-Consulta convocado por Rodolfo Ruíz cuando coincidieron ambos personajes y también Enrique Cárdenas. El muestreo fue interesante.

Cárdenas con su esposa, Barbosa con Armenta. Cárdenas visitado en su mesa, Armenta se levantó varias veces a saludar a sus conocidos.

En una de esas rondas se sentó con algunos columnistas, Raúl Torres entre ellos, quien le dijo a Armenta que por qué no les presentaba con Barbosa. Y así sucedió.

Ambos políticos convivieron unos minutos en la misma mesa de Torres Salmerón y otros columnistas. Y le preguntaron a los dos si tenían interés en suceder a Tony Gali.

Armenta sonreía. Barbosa se hacía a un lado y decía “mi candidato” y volteaba a ver al hoy senador que ha levantado la mano para la Presidencia Municipal y para el 2024.

Han pasado muchos meses, Gabriel Biestro es el candidato más cómodo y recomendable para Barbosa, aunque no tiene el respaldo de las bases fundacionales de MORENA y quizá tampoco de los poblanos.

Alejandro Armenta ha sido claro y preciso en sus pretensiones y quizá su presencia venga a inyectar algo de frescura al discurso y al estilo de hacer política.

Lo primero es ganar la elección interna de Morena, y ahí, les guste o no, Claudia Rivera tiene mucha aceptación, lo que molesta seriamente los proyectos de Casa Aguayo.

Mientras tanto Eduardo Rivera, el maestro, ha dejado de picar piedra, no cede y Genoveva Huerta tampoco, o sea, el panorama está nublado en el PAN, la economía quebrada, la pandemia haciendo estragos y algunos pensando en la lucha por el poder.

O por lo menos, así me lo parece.

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