Tras las acusaciones hechas por los becarios en la rueda de prensa, se ha sabido que se han querellado contra la Policía por coacciones.
M.J. Grech / Libertad Digital
La detención el martes del productor musical Nacho Cano por presunta contratación ilegal de inmigrantes para su musical Malinche huele cada vez más a operación dirigida a desacreditar a un artista que no se pliega a los requerimientos de la progresía nacional y que mantiene una muy buena relación con el enemigo público número uno de la izquierda: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
En concreto se le acusa de un presunto delito contra los derechos de la población inmigrante y otro contra los derechos de los trabajadores. Tras tomarle declaración este martes, ha quedado en libertad con cargos a la espera de una citación judicial. Fuentes jurídicas próximas a Nacho Cano han señalado a esRadio que el productor musical denunciará a la Policía por la detención, los interrogotarios y la manipulación de las declaraciones policiales de los bailarines mexicanos becados por su compañía.
En la rueda de prensa, el productor musical señaló directamente a la Policía y achacó su detención a motivaciones políticas: «Soy el único artista que no es comunista, y no lo seré nunca porque sé y conozco lo que conllevan estos regímenes totalitarios».
Nacho Cano, tras su detención: «Van a por mí porque también van a por Ayuso»M. Gutiérrez
Nacho Cano también señaló que la detención trataría de «llevar la atención a otro sitio que no sea la imputación de la mujer del presidente del Gobierno«. Es decir, que sería otra cortina de humo lanzada desde Interior para desviar la atención de los problemas que afectan al entorno del presidente del Gobierno.
Por otra parte, declaró ante la Policía por unos hechos (la denuncia de una bailarina a la que despidieron) que no le fueron comunicados, a pesar de que la SER y La Sexta sí estaban informados de ello.
Además, resulta curioso que en un tema que afecta al ámbito laboral de una empresa sea la Policía la que se presente y no inspectores de Trabajo, como sería lógico. Un dato que abundaría en el posible montaje contra el productor musical.
Interrogatorio dirigido a las bailarinas
En la rueda de prensa también tomaron la palabra algunos de los becarios mexicanos que, hace dos semanas, fueron llevados por 12 policías a la comisaría. Sus declaraciones públicas dejan en muy mal lugar a la Policía, que dirigió el interrogatorio con insistencia para tratar de incriminar al productor musical, «durante 10 horas y sin asistencia legal», como han señalado esas fuentes jurídicas a esRadio.
«Nos hicieron preguntas encaminándonos a atacar por cualquier lado a Nacho. A mí me preguntaron, en lo personal: ‘¿Alguna vez te has sentido incómoda por Nacho?’ Y yo dije: ‘Claro que no, primero porque ni siquiera tenemos una relación directa con él, lo vemos para cosas como de clases o de las funciones’. Y me volvieron a preguntar: ‘¿Pero alguna vez te ha mirado o te ha tocado?’».
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Un periodista le pregunta si ella se sintió coaccionada por la Policía para decir algo que no es verdad, a lo que la bailarina becaria contesta: «Claro, porque nos hicieron también mucha insistencia. Por ejemplo, nos enseñaban unas imágenes y querían que nosotros reconociéramos a algunas personas, pero las imágenes estaban muy borrosas» y «nos enseñaban fotos en los móviles, o sea que ellos ya tenían identificados las redes sociales de las personas y de ahí nos enseñaban las fotos». «Todo estaba encaminado» a que dijeran lo que ellos [la Policía] querían que dijeran para incriminar a Nacho Cano.
Otra de las becarias cogió el micrófono y dijo que «querían que dijéramos que estábamos siendo explotados, que somos contratados, cuando no fue así, nosotros vinimos sabiendo lo que hacíamos y las propias condiciones, las cuales son óptimas, y tenemos todo lo que necesitamos, lo que se nos prometió en su momento, y más. Y además dirigían las preguntas a que contestáramos sobre el acoso que no existe, sobre un contacto rebasado que no existe, y sobre una explotación o una oferta de trabajo que no existe. Nuestras participaciones son voluntarias y nuestras prácticas, como ya ha dicho el maestro Nacho, son necesarias, y es lo único que estamos haciendo. Sin suplir a nadie, sin bajar del escenario a ninguno de los artistas contratados y, de ninguna manera, dejándoles sin trabajo».
Los becarios se querellan contra la Policía
Tras las acusaciones en la rueda de prensa se ha sabido que los becarios del musical Malinche se han querellado contra la Policía Nacional por coacciones, como ha informado el diario El Mundo que ha tenido acceso a las denuncias centradas en los interrogatorios policiales a los que fueron sometidos el pasado 27 de junio, claramente dirigidos para incriminar a Nacho Cano.
En las querellas presentadas los becarios denuncian las coacciones y amenazas a las que se vieron sometidos, incluyendo «amenazas veladas de deportación en caso de no colaboración» y la «intervención no consentida del dispositivo de telefonía móvil».
Más grave aún es que denuncian que las actas de declaración ante la policía fueron falseadas por los agentes. «Recogen circunstancias que no he afirmado, se han reinterpretado mis respuestas y agregan cuestiones que no guardan relación con lo realmente manifestado», señala uno de los denunciantes.
El comisario Alberto Carba
En la rueda de prensa, Nacho Cano señaló con nombre y apellido al comisario jefe que dirigió la operación de su detención, Alberto Carba, «que está muy supeditado a (Fernando Grande) Marlaska», ministro del Interior.
En redes sociales rápidamente situaron a Carba como el comisario nombrado a dedo por la Dirección de la Policía en la Comisaría de centro, después de haberse visto implicado en el caso de la doctora Elisa Pinto. Alberto Carba habría mantenido una relación de connivencia con el imputado por acoso a la dermatóloga, Javier López Madrid, yerno del recién fallecido Villar Mir con el que tenía frecuente contacto telefónico. También es señalado como «responsable de las cargas y detenciones en Ferraz» y se le define como «sicario del PSOE». Otro caso que llevó el comisario Carba fue el del bailarín Rafael Amargo.