La Procesión del Viernes Santo en Puebla estuvo a punto de cancelarse por la intromisión de algunos reformistas que pretendían eliminar a los porteadores, las tres paradas y algunos otros puntos de la fe católica…

Por Jesús Manuel Hernández

Quién lo fuera a pensar, pero la Procesión del Viernes Santo de este año por poco y se cancela y no precisamente por las condiciones de higiene, por la pandemia, más bien por intereses extra religiosos que intentaron poner en jaque por unas horas al Arzobispo de Puebla.

¿De parte de quien? Se han preguntado muchos de los enterados. La investigación no es fácil pero existen cruces de opiniones y “recomendaciones” donde el sector salud de la entidad estuvo totalmente ajeno, es decir podría pensarse que el gobierno no tenía en mente los cambios de planes, pero alguien en su nombre quizá haya puesto sobre la mesa esta idea que desconcertó a muchos de los organizadores.

La Procesión del Viernes Santo en Puebla tiene varios vectores de influencia, uno de los más poderosos es la Cofradía de Nazarenos, que tiene bajo su custodia a dos de las imágenes más veneradas: Jesús Nazareno y el Señor de las Maravillas.

La Procesión ha llegado a concentrar a más de 120 mil personas y después de dos años de haberla suspendido por la pandemia de Covid-19, es esperada con mucha fe por parte de los católicos de la Arquidiócesis y otras vecinas.

Los momentos más importantes del evento son la llegada de las imágenes al atrio de la catedral, el recorrido con tres paradas para las reflexiones y la vuelta a Catedral.

Las cofradías que custodian y “cargan” a los monumentos tienen sus protocolos de comportamiento y no dejan que nadie meta mano en sus tradiciones, de tal forma que ser “porteador” para llevar en andas a las imágenes es todo un honor.

Pues he aquí que algunos intereses afloraron en la preparación de la Procesión de este año y pretendieron hacer “cambios”.

Primero intentaron que la procesión fuera breve, más corta, después que no existieran las tres paradas para las reflexiones, en su lugar una transmisión desde la catedral y pantallas en los sitios elegidos, y tercera, que en lugar de los porteadores se colocaran “plataformas” con ruedas para evitar la “cercanía” de los cofrades. O sea, una especie de Procesión versión 3.0 prácticamente bajo la concepción del impacto digital y no de la manifestación de fe.

¿Quiénes fueron los autores de tal idea, cómo fue que se pretendió cambiar la tradición, quién los avaló, quién los detuvo?

Una cosa es conocida fue el arzobispo de Puebla, don Víctor Sánchez quien dijo “o sea hace como siempre o no se hace”.

Y ante esa frase, con la iglesia toparon los reformistas.

O por lo menos así me lo parece

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