El Galaxy Ring ha irrumpido en Barcelona y la categoría de wearables se alza como una de las alternativas a los smartwatch plagados de aplicaciones.
IZAN GONZÁLEZ / OMICRONO
La de los wearables es una de las últimas categorías de dispositivos en formar parte de la vida de las personas. Por ahora, los relojes inteligentes como el Apple Watch reinan en España y el resto del mundo sin mucha complicación mientras que en cada generación su tamaño y capacidades crecen. Los anillos como el Galaxy Ring de Samsung parten de la misma raíz de mejorar la monitorización de la salud, pero aterrizan en el mercado con un resultado opuesto.
Lejos de pantallas, aplicaciones, botones y demás complejidades, estos anillos inteligentes van poco a poco haciéndose su propio hueco. La misma compañía surcoreana está aprovechando el Mobile World Congress de Barcelona para mostrar al mundo su particular visión del anillo inteligente, que presentó sin mucha pompa tras el lanzamiento de sus móviles de gama alta.
La comparación entre ambas categorías de dispositivos es directa. El anillo podría tomar las funciones de un reloj inteligente para algunas cuestiones de monitorización de la salud o servir como un complemento extra para las funciones básicas de los smartwatch en algunos escenarios más concretos.
A todo lo anterior hay que sumar la gran miniaturización de los sensores que las compañías tecnológicas han conseguido en los últimos años. Un rumbo en el que seguro seguirán trabajando para poder incorporar cada vez más sensores al tiempo que se mantiene la calidad de las mediciones y la autonomía; este punto igualmente esencial en ambas plataformas.
Guerra de funciones
Si bien la lista de especificaciones del Samsung Galaxy Ring se mantiene en el más absoluto de los secretos, el resto de anillos que han ido apareciendo en los últimos años y meses —como el Oura y el de Ultrahuman— mantienen funcionalidades muy similares. Se basan principalmente en la medición de valores de la salud como la frecuencia cardiaca, la monitorización de la actividad de la salud diaria.
Para ello emplean algunos sensores dentro del propio anillo y que se pueden ver en la parte más interna. En el caso de Samsung, la compañía ya ha anunciado que el Galaxy Ring estará conectado con todo el ecosistema de Samsung Health, la misma plataforma donde los relojes Galaxy Watch aportan también sus datos.
El objetivo es llevar un seguimiento de la actividad, del estrés y también del sueño. Este último aspecto es uno en los que la compañía más ha insistido en sus presentaciones relacionadas con el anillo inteligente.
Samsung Galaxy Ring en color negro Izan González Omicrono Barcelona
Por un simple tema de comodidad, muchas personas optan por retirarse el reloj antes de irse a dormir y se pierden una parte esencial de la salud diaria como es el descanso. El anillo sin embargo es mucho más ligero y menos aparatoso por lo que se erige como una alternativa más llevadera.
A falta de conocer los sensores específicos, en el caso de la monitorización de la salud ambos dispositivos empatan salvo por una función: el registro de electrocardiogramas. Ningún anillo actualmente en el mercado permite esta capacidad y, dado el tamaño de la propuesta de Samsung, es muy posible que tampoco esté.
Esa misma miniaturización también hace que se deje algunas funcionalidades muy importantes por el camino. Uno de los ejemplos más directos es el GPS y la conectividad, donde el Apple Watch gana por goleada.
El reloj inteligente de Apple cuenta con capacidad de geoposicionamiento por sí solo —el Galaxy Ring quizá podría apoyarse en un smartphone— lo que permite salir a hacer ejercicio sólo con él y pueda registrar el trayecto realizado. También existen versiones con conectividad del Watch con LTE, que le proporcionan otra dosis extra de independencia. Todo lo anterior, por el momento, es imposible de integrar en un anillo.
Apple Watch Ultra 2 y Apple Watch Series 9 Chema Flores Omicrono
Otra de las grandes diferencias es que el Apple Watch cuenta con pantalla y, junto a ella, una lista casi infinita de aplicaciones y funciones extras. Desde las más básicas como saber la hora, el tiempo, recibir notificaciones o consultar los pasos dados en lo que va de día sin tener que echar un ojo a la pantalla del teléfono móvil. Hasta las más complejas como ver el cajero más próximo en un mapa, pagar, responder un mensaje de WhatsApp o llamar por teléfono. Las limitaciones físicas —por concepto y capacidad— de los anillos como el Galaxy Ring se alejan de todas estas funcionalidades.
Una gran cantidad de funciones lleva aparejado un incremento notable del consumo energético, categoría en la que seguramente ganará el Samsung Galaxy Ring. El vicepresidente de Samsung, Hon Pak, afirmó en la presentación que el anillo tendría una «batería de larga duración»; sin acortar cuánto tiempo transcurrirá de media entre recarga y recarga.
Apple Watch Ultra y anillo de Oura Chema Flores Omicrono
Para ponerlo en perspectiva, anillos ya en el mercado como el Oura llegan hasta la semana entre carga y carga. Mientras que el Apple Watch requiere casi una carga diaria, salvo el modelo ultra.
El precio será en sí mismo otro punto diferenciador. Las alternativas de anillos ya en el mercado se encuentran entre los 300 y 400 euros, un precio que se acerca mucho a los relojes inteligentes como el Apple Watch SE de segunda generación que parte de los 279 euros en la versión más pequeña y llega hasta los 309 euros en la más grande.
Cuestión de estilo
Más allá de una comparación función a función, se encuentra la cuestión estética. La más directa es una mera diferencia de concepto de dispositivo que cada cual tendrá sus detractores y defensores. Por ejemplo, puede ser un tanto retador ponerse un reloj tradicional —sea analógico o digital— en una muñeca y mientras en la otra se lleva un Apple Watch para monitorizar la actividad física.
En ese tipo de situaciones puede tener el Samsung Galaxy Ring su razón de existir. Se trata de un dispositivo mucho más minimalista y discreto que hará juego con el reloj que se lleve o con cualquier otra joya en la mano.
Diferentes tallas del Samsung Galaxy Ring dorado Izan González Omicrono Barcelona
En una conjunción entre estilo y necesidad está también la práctica de algunos deportes en los que no se puede llevar reloj. El anillo Oura se puso muy de moda entre los jugadores de la NBA puesto que es compatible con la práctica del baloncesto. En esta línea y más allá del deporte, algunas personas tampoco se sienten cómodas escribiendo en un teclado con el reloj puesto y el Galaxy Ring puede ser la alternativa.
También en esta rama de la apariencia están los colores. El anillo de la marca coreana llegará al mercado este año con 3 propuestas diferentes en dorado, plateado y negro junto a 9 tallas. Una decisión de compra determinante dado que es imposible personalizarlo. Al menos hasta que saquen algún tipo de recubrimiento.
En el caso de los Apple Watch, la elección del color no es tan importante dado que se puede combinar con las correas. Tanto la que tiene a la venta la marca estadounidense como las que se pueden comprar en cualquier tienda para todos los bolsillos.