Ha sido unos de los rostros españoles que ha dejado el pabellón muy alto en la alfombra roja del Festival de Cine de Cannes, donde ha presentado su próximo proyecto: ‘Rita’, la película que guioniza y dirige, y que empieza a rodar esta misma semana.
BEGOÑA DONAT / YO DONA
Paz Vega (Sevilla, 1976) no tiene formación académica como cineasta ni escritora, pero ha leído guiones de todo tipo, tanto los que luego se han hecho carne en su persona como los muchísimos que ha rechazado. «En las cinco primeras páginas ya sé si va a funcionar o no», comparte con Yo Dona.
Esa experiencia de aprendizaje le ha dado el empuje para aventurarse como guionista, y las décadas de carrera en sets españoles e internacionales, el arrojo para estrenarse como directora. La actriz aprovechó el contexto del Festival de Cannes para presentar el rodaje de su ópera prima ante la prensa.
Su debut se titulará ‘Rita’ y tiene tintes autobiográficos, pues es una película iniciática sobre una niña de un barrio de Sevilla en plena celebración del pase de España a cuartos de final en la Eurocopa 1984. Este cambio de registro no implica, no obstante, que aparque su carrera como actriz: «Tengo que dar de comer a tres adolescentes, no puedo esperar cinco años a que fragüe una película». La filmación arrancará este mismo jueves, 25 de mayo, durará seis semanas y cuenta entre el reparto con Roberto Álamo y ella misma en un papel pequeño, el de la madre de la protagonista.
PREGUNTA ¿Cuál es la mejor hora para escribir y de qué guisa?
RESPUESTA: Escribo en el ordenador y en el teléfono, porque a veces me pilla la inspiración en cualquier sitio. El tema de las musas es real, hay momentos, que sin forzar, escribes un texto bien dialogado, porque has dormido mejor, no sé… y ocasiones en las que quieres y no te sale. Para escribir y no frustrarte, la disciplina es importantísima, pero también hay que fluir. Y si estás de que no, porque en tu cabeza tienes mil problemas, lo dejas reposar.
P: ¿Cuándo fue la última vez que le diste ‘fast forward’ a una película?
R: Directamente la quito. No tengo la curiosidad de llegar hasta el final si no me está gustando. Por suerte, la última serie que he visto ha sido la nueva temporada de ‘The Crown’, de la que soy muy fan.
P: Ahora que eres guionista, ¿te temen tus amigos por si cuelas sus vidas en tus textos?
R: Espero que no, porque por ahora me interesan historias del pasado, de un tiempo que es una pena, pero ya no va a volver. En la ficción me parece más estimulante todo lo anterior al mundo digital. En mi próximo guion también miro atrás, pero estará protagonizado por un adolescente y un niño. Últimamente me estoy preguntando por qué me voy a la vida en analógico siempre que escribo. Mi conclusión es que cuando eres joven eres más sabia, porque no albergas prejuicios y te enfrentas a las situaciones con la mirada limpia. Esa edad me resulta más interesante para escribir que los adultos con cargas emocionales, porque me permite contar la vida con sus sombras y sus luces desde un lugar muy bonito.
P: ¿Cuál es tu magdalena de Proust de la infancia?
R: Mi infancia sabía a tostadas con aceite de oliva y a zumo de naranja recién exprimido. Y olía a cloro y a calor.
P: ¿Qué sueño de la infancia ya no cumplirás?
R: De pequeña quería ser campeona olímpica. De hecho, la natación se me daba muy bien, porque era alta y fuerte, y competía. En mi ilusión soñaba con ir a las Olimpiadas.
P: ¿Escondes a una directora mandona en tu interior?
R: En la vida real dirijo a mi familia. Tengo a tres adolescentes en casa a los que no sólo doy órdenes, sino que también les doy libertad. En la película mi intención es colaborar. Yo no impongo. Si la gente supiera el gran trabajo de equipo que es una película… No es por menospreciar mi propio trabajo, pero como actriz, cuando llegas al set, hay un trabajo de muchas personas, de muchos años, de mucho pensamiento. Cuando pasas a este lado, eres una más. Tu labor es el de ser la directora al frente de la orquesta, pero los que tocan son el resto. Eso sí, tomas 20.000 millones de decisiones al día. Tengo el WhatsApp lleno de fotos, de gamas cromáticas, de telas… Doy pautas, como, por ejemplo, hoy mismo, el color del papel de las paredes de la casa, pero también dejo libertad.
P: ¿Con qué herramientas digitales te llevas bien?
R: Con Drive y con WhatsApp. Por whats cortas con el novio, diriges una película, lo haces todo.
P: ¿Dirigirías una película a partir de un guion de ChatGPT?
R: Sería súperinteresante, pero me resultaría extraño, porque hay algo en la emoción y en lo que no se dice que esta inteligencia artificial todavía no puede captar. ¿Cómo puede explicar los silencios?¿Cómo, las preguntas sin respuesta? Le tengo un coraje a ese bicho… A esa máquina le falta vida.
Fuente: https://www.elmundo.es/yodona/actualidad/2023/05/23/646b58c3fc6c8351018b4591.html