ROSA FLORES
CNN
(CNN) — Máximo, un solicitante de asilo, huyó de su Honduras natal con su hijo para buscar una nueva vida en Estados Unidos.
Pero mientras espera que se escuchen sus casos, dice que prácticamente se han convertido en prisioneros en un refugio para migrantes en la ciudad fronteriza mexicana de Nuevo Laredo, donde los carteles se aprovechan de los migrantes que se aventuran en las calles. Él y su hijo casi fueron secuestrados, dice.
“Estamos solos y solo la mano de Dios nos ha mantenido a salvo del peligro constante que hierve en este país”, escribió en una carta. “No tenemos la intención de causar ningún daño a Estados Unidos. Simplemente nos gustaría un lugar seguro [para esperar] una respuesta del gobierno”.