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February 17, 2019
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El Bacalo
* Recuerdo a don Agustín Matanzo
Madrid, España.- Apenas había llegado al aeropuerto de la Ciudad
de México, el aventurero recibió una llamada de un viejo y
distinguido amigo de correrías gastronómicas. La noticia impactó
inmediatamente en el sentimiento y el recuerdo. Don Agustín
Matanzo Matanzo, cabeza de una familia dedicada al abarrote
prácticamente desde principios del siglo pasado, había fallecido.
La Casa Matanzo bien puede decirse fue escuela de muchos
abarroteros de Puebla.
Zalacaín había disfrutado varias veces de la mesa en coincidencia
de don Agustín, un hombre discreto a más no poder, sencillo,
cuidadoso de las formas y las expresiones; jamás le escuchó un
comentario negativo respecto de alguien.
Pero un asunto le había animado siempre a reconocer en don
Agustín y sus antecesores uno de los legados más importantes
para la gastronomía de la ciudad, la llegada del bacalao noruego y
las recetas de cómo desalarlo y prepararlo. A ciencia cierta el
aventurero Zalacaín, no sabía si la familia Matanzo, originaria de
Astorga, la región Maragata de Castilla-León, había sido la primera
y más importante introductora de bacalao a México, pero sí,
estaba seguro, fue la divulgadora de muchas formas de comerlo.
En su biblioteca aún guardaba los tres cuadernillos con portada
en color donde aparecía una rubia noruega cogiendo de la cola
un bacalao y en las otras dos sentada en medio de los bacalaos
salados.
Si bien el bacalao se consumía en Puebla desde el siglo XIX de
manera cotidiana, algún recetario llegó a recoger 25 diferentes
formas de prepararlo, fue a principios del siglo pasado cuando la
importación del pescado salado conocido como "Gadus Morhua",
es decir el bacalao noruego, migrante de los mares del norte y
de gustos refinados en la alimentación, come arenques, empezó
a formalizarse como alimento decembrino para los poblanos.
En Puebla una buena parte de las familias cocina el bacalao, y
cada una tiene una receta diferente a la cual llaman siempre
"Vizcaína", en consecuencia se ha ido perdiendo el origen de la
preparación en medio de dichos y tradiciones familiares donde
los dos únicos ingredientes constantes son el pescado y el
jitomate. En España sucede algo similar hay varias versiones de la
famosa salsa, donde los pimientos choriceros de Guernica
constituyen uno de los ingredientes clave para obtener el sabor
final. El aceite a veces se sustituye por la manteca de cerdo, la
salsa de tomate tiene diversas formas de obtenerse, la cantidad
de cebolla, ajo, pimienta y a veces migas de pan o galletas María
es variable y el sazón usualmente se consigue con la yema de
huevo, la guindilla o el pimentón, decían.
Fue a principios del siglo XX cuando la familia Matanzo inició la
importación del bacalao noruego y a divulgar un buen número de
recetas desde la salsa vizcaína, pasando por la catalana, la
valenciana, la italiana, la madrileña, la bilbaína, la borgoñona, la
lyonesa y muchas otras donde el bacalao era convertido en
albóndigas o deshebrado para rellenar pimientos.
Con el paso del tiempo las recetas se habían perdido y quienes
las vieron elaborar por primera vez fueron sustituyendo
ingredientes, tal vez por confusión, desconocimiento o paladar y
así el bacalao a la vizcaína ha derivado en una particular forma de
llamar a casi cualquier salsa para el bacalao con la condición del
color rojo derivado del jitomate.
Otro mito ha sido si el bacalao debe ser con espina y piel.
Inicialmente los abarrotes vendían los pescados enteros y en
casa había de cortárseles, separando las partes del lomo para el
guiso principal y el resto, las orillas para una forma menos
convencional, de ahí surgió el bacalao prácticamente
deshebrado usado para rellenar las tortas de agua y donde las
aceitunas y alcaparras constituían un ingrediente básico.
Las familias por tanto tenían dos bacalaos, el de primera y el de
segunda. La llegada de bacalao pirata también fue el motivo de
poner de moda el bacalao sin espinas, y el desconocimiento de
las bondades de la piel, causante de la gelatina en el guiso, hizo
despreciarla equívocamente.
Así las cosas Zalacaín recordó el procedimiento para desalar el
bacalao aparecidos en el cuadernillo número 1 repartido por la
familia Matanzo; "El remojo debe hacerse, si es posible, en agua
corriente durante 24 a 30 horas. En falta de agua corriente,
debe cambiarse el agua varias veces durante el tiempo de
remojo.
En casa del aventurero primero cepillaban la sal del pescado,
luego pasaba bajo el chorro del agua, después al agua fría y se
cambiaba al menos cada 8 horas, o mejor cada tres.
Otro de los secretos familiares era el grado de cocción del
pescado. Zalacaín llenaba una cacerola con agua, una cebolla
entera grande, unas hojas de laurel, al burbujear el agua metía
los trozos de bacalao, procurando fueran del mismo grosor, y
cuando aparecía una espuma blanca sobre el agua se retiraba el
bacalao y dejaba en reposo antes de cocinarlo.
La tradición familiar era preparar una salsa a lo largo de unas seis
o siete horas. Troceados unos siete kilos de jitomates con
semillas y piel, los freía con cebolla, ajos, pimientas, laurel,
pimientos, sal y azúcar y lo dejaba cocer hasta conseguir una
reducción, luego lo pasar por un colador y exprimía los
sobrantes a fin de obtener dentro de la cazuela siempre de
barro una especie de puré, le restaba la acidez y afinaba al gusto
hasta ponerlo "chinito" y apareciera el fondo de la cazuela.
Jamás intervenía la licuadora.
En el vuelo a Madrid el aventurero llenó su mente de recuerdos,
experiencias junto a ese grupo rodeando a don Agustín Matanzo,
los abarroteros de Puebla le vivían agradecidos, muchos se
habían formado tras el mostrador de los Matanzo. Una frase le
vino a la memoria a propósito de la salsa de la familia y la
herencia de quienes dejan huella: "Cuando las cosas merecen la
pena en la vida, empiezan en grandes cantidades, se reducen al
cabo del tiempo y sólo queda la esencia para disfrutar por un
instante, pero llena para siempre el alma".
Descanse en paz don Agustín Matanzo, el bacalao está de luto.
Video en Youtube: jesusmanuelhl
jesusmanuelh@mexico.com
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