Nada cambia Guillermo Deloya Cobián es uno de los aspirantes más activos que buscan la presidencia del Comité Directivo Estatal del Revolucionario Institucional y en ese compromiso la semana pasada asentó ante notario público que se mantendrá al frente de la dirigencia por el periodo completo para que sea electo, es decir, cuatro años. Así traduce y cumple con una demanda de la militancia priista para que sus líderes partidistas no aprovechen las posiciones solo para buscar puestos de elección popular y jamás trabajar por su partido, lo que ha acontecido con mucha frecuencia. La experiencia de lo que sucedió con Roberto Madrazo, presidente nacional del PRI, que se catapultó desde esa posición para ser el candidato presidencial dejo un pésimo sabor de boca entre los priistas que cayeron al tercer lugar electoral en el 2006, tanto que uno de los aspirantes a la presidencia nacional ‚Äì que se renovará en marzo- el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, hizo la misma declaración que Deloya para garantizar que no va tras un hueso político desde la presidencia tricolor. En Puebla, la posición asumida por Deloya pretende además frenar las intenciones de Javier López Zavala de llegar a la presidencia estatal, porque él si quiere y busca ser el candidato priista al senado en el 2012 algo que no aceptan algunos priistas porque consideran que su derrota electoral no les ayudará a ganar y sería tanto como ponerle la mesa servida a los panistas. La última semana hubo movimientos al interior del PRI, desde el encuentro matutino del gobernador Mario Marín del miércoles pasado con la presidenta nacional, Beatriz Paredes, que definió plazos para la publicación de la convocatoria para Puebla y que será en este mismo mes y hasta una reunión privada del mandatario con López Zavala ese mismo día por la noche en que hablaron fuerte y empezó a perfilarse un escenario donde no necesariamente Javier sea el candidato de la estructura al liderazgo partidista. Hay voces cercanas a los líderes del partido que aseguran que un activo Miguel Quirós Pérez personalmente está cabildeando para conseguir la suma de voluntades necesarias y sea su sobrino, Juan Carlos Lastiri, el próximo presidente estatal. La apuesta es clara, en términos de la lealtad del actual secretario de Desarrollo Social hacia el gobernador pero no es marinista de origen ni forma parte de su burbuja lo que viene a abrir espacios para otras voces y corrientes en el PRI poblano. La sucesión de Alejandro Armenta entró ya en la parte final del proceso, la zona de turbulencia puede generar sorpresas -hay sectores como el campesino que se mueven a favor de Alberto Jiménez Arroyo- pero la cultura y la tradición de quienes son más institucionales que revolucionarios adelanta que quien convenza a la cúpula ‚Äìnacional y al gobernador Marín- que con su trabajo meterá al PRI en zona de competencia para el 2012 será el próximo presidente estatal. Los priistas siguen pensando que es necesario cambiar, para que nadie cambie. Una de vaqueros Ya se empieza a calentar el proceso de sucesión en la dirigencia nacional panista, mañana Juan Carlos Mondragón desayunará con Gustavo Madero y en un par de semanas viene a Puebla Cecilia Romero para pedir su voto a los poblanos que son consejeros nacionales. Mondragón le hará una reunión en Puebla con los consejeros. Hay muchos que simpatizan con Romero por su pasado ultraderechista, aunque el consejero Rafael Moreno Valle está comprometido con Madero, su compañero y líder en el Senado. fcrisanto@pue.milenio.com http://twitter.com/fercrisanto