El tema de la corrupción insiste en aparecer en la agenda política, social y económica mexicana. Y es que ayer se supo que las empresas establecidas en el país destinan hasta 10 por ciento de sus ingresos al pago de sobornos y mordidas, ‚“con el fin de obtener facilidades en trámites relacionados con la prestación de servicios públicos y permisos de uso de suelo, entre otros‚Äù, declaró el lunes Luis Foncerrada, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado. Lo anterior representa que los mexicanos gasten entre 7 y 9 por ciento del producto interno bruto (PIB) ‚Äìcasi un billón de pesos‚Äì en prácticas de corrupción entre empresas y gobierno, siendo las micro, pequeñas y medianas las más afectadas. ‚“De lo que nos enteramos es que en muchos de los casos, alrededor de 70 a 80 por ciento de las empresas se encuentran ante la disyuntiva de pagar o no mordidas. Entre un 10 y 25 por ciento lo hace. El monto que representan estos pagos por permisos, por conexiones de servicios públicos, por impuestos, por sobornar a jueces o policías, llega a representar hasta 10 por ciento de sus ingresos,‚Äù señaló. Muchos podrán decir que a ellos no les afecta la corrupción que padece el país, que como platicábamos ayer, va desde la mordida de un agente de tránsito hasta millones por concesiones y adjudicaciones oficiales, pero el monto de lo que se gasta en dádivas o favores ante quienes ejercen el poder ‚Äìsin importar su jurisdicción o nivel‚Äì afecta la economía de las personas, las familias y el país, y ahora sabemos que poco aporta al crecimiento, porque se dedican más al derroche o a las inversiones de viudas, y no a temas productivos. Es una corrupción con altos costos sociales y económicos. Se informó ayer que de acuerdo con Michael Pedersen, director asociado del Foro Económico Mundial (WEF), la ineficiencia burocrática gubernamental es el principal factor que inhibe los negocios en México, seguida de la corrupción, según la opinión de 12 mil directivos de empresas en todo el mundo. Se propuso ya una Alianza contra la Corrupción, encabezada por el Foro Económico Mundial, la Cámara Internacional de Comercio Capítulo México, así como la Alianza por la Responsabilidad Social Empresarial en México, la cual invitó al sector privado nacional a comprometerse a reducir las prácticas de corrupción, y a adoptar una política de ‚“tolerancia cero en actos de cohecho‚Äù. Alguien podrá minimizar el fenómeno, pero los costos de la corrupción son altos socialmente, y no se quedan sólo en el coraje que le provoca a una persona ser sobornada y estafada por una autoridad. Terca como es, la agenda nacional insiste en recordarnos que al final todos pagamos cuando uno, sólo uno, se corrompe. fcrisanto@pue.milenio.com http://twitter.com/fercrisanto